Por Regis Iglesias (36 años, prisionero de conciencia cubano miembro del Movimiento Cristiano Liberación, se encuentra en la prisión Combinado del Este, cumpliendo una condena de 18 años tras entregar con Oswaldo Payá las firmas del Proyecto Varela a la Asamblea del Poder Popular en Mayo del 2002) Oswaldo Payá Sardiñas, líder del Movimiento Cristiano Liberación de Cuba y principal impulsor del Proyecto Varela, nació el 29 de febrero del año 1952; es el quinto de siete hermanos. Su padre, Alejandro Payá, entonces era un pequeño comerciante y su madre, Iradia Sardiñas educó a todos sus hijos en el amor y la fe católica que ella profesaba. Por línea paterna la familia Payá había emigrado a Cuba en el principio del siglo XX. Sus abuelos maternos eran cubanos emprendedores que aprovechaban las oportunidades de entonces para con cierto éxito echar a andar un comercio. Nunca la familia Payá Sardiñas tuvo vínculos con los gobiernos de turno ni con la dictadura de Fulgencio Batista. Oswaldo estudió en una escuela pública primaria en el barrio habanero del Cerro. Más tarde se matriculó en la Escuela Católica de los Hermanos Maristas (Champagnat), hasta que el nuevo gobierno revolucionario intervino y cerró esa prestigiosa institución. Años difíciles y persecución Su familia es marcada por el régimen castrista desde los primeros momentos por no mostrar simpatías por la ideología comunista y por su pertenencia a la Iglesia Católica. En 1961 durante los sucesos de Bahía de Cochinos (Playa Girón) sufre, junto a su familia el primer Progrón, o lo que después se llamarían "actos de repudio". Una turba bien organizada con altavoces, formada por milicianos y agentes se sitúa frente a su casa y durante un largo rato amenaza, ofende y grita "paredón", tiran algunas piedras y aterrorizan a las mujeres y niños que permanecían en la casa. Todos los hombres de la familia estaban detenidos y la madre con seis hijos entonces soporta estas jornadas de terror que los marcaría para siempre. Su familia vive vigilada permanentemente y marcada como "gusanos", que fue el estigma que el régimen ponía a los no incondicionales. Durante la época de persecución más cruenta permanecen Oswaldo y su familia totalmente integrados a la Iglesia y por lo tanto señalados y excluídos. Su casa siempre, y desde entonces ha permanecido vigilada y en ocasiones ha sido allanada. En la escuela primaria se instaura como norma la pertenencia a la Unión de Pioneros (preámbulo de la Unión de Jóvenes Comunistas). Oswaldo es el único alumno que se niega a pertenecer por lo que algunos de sus profesores lo señalan y lo estigmatizan. En su época de estudiante de secundaria es señalado y vigilado. Después de la invasión en la ahora desaparecida Checoslovaquia, genera en su escuela un ambiente de simpatía hacia los checos y critica abiertamente a los invasores soviéticos. Fidel Castro fue el único gobernante en el Hemisferio Occidental que apoyó esta invasión. Oswaldo es acusado de ser el "líder" de los estudiantes que apoyaban a los checos por las autoridades de la escuela, que para entonces actuaban al estilo policíaco. Muchos de sus compañeros responden solidariamente y no niegan su inconformidad con la "revolución", cuestión que es interpretada como un peligro. Su compartamiento abiertamiente crítico del régimen le cuesta su libertad y es enviado a un campamento de castigo, con trabajo forzado, bajo las leyes del Servicio Militar en mayo de 1969. Trabaja en las canteras de Isla de Pinos, llamada hoy Isla de la Juventud, que se encuentra en la parte sudoccidental de la isla principal. Más tarde, durante la llamada "zafra de los diez millones", es enviado a los campos de caña en la Provincia de Camagüey bajo unas condiciones infrahumanas. Lo castigan reiteradamente, llegando a dejarlo en los cañaverales durante 18 horas diarias por no aceptar el régimen de trabajo. Lo trasladan reiteradamente por considerarlo "instigador" y un mal ejemplo para los confinados que están sometidos. Finalmente lo regresan a la Isla de Pinos. Allí permanece hasta 1972. La Isla de Pinos se convierte en una gran prisión de donde no podían salir sin un pase temporal y donde debían trabajar 60 horas semanales bajo un trato brutal. Durante ese tiempo el obispo de la Habana, Monseñor Francisco Oves, le da las llaves de la Iglesia a la que sólo asistían dos o tres ancianos. Allí vive, mientras trabaja en las canteras, trabaja en la iglesia, predica, lleva la comunión a los enfermos. Pone la casa de la Iglesia a disposición de muchos confinados y sirve de hogar para éstos, no importa cual fuera su creencia. También los no creyentes asisten junto a muchos de los jóvenes confinados. Esta situación se convierte en un hecho insoportable para la contrainteligencia militar que por varias veces lo interrogó y lo fichó. Logra estudiar en una escuela nocturna, donde el director le permite hacer asignaturas y así logró realizar el Pre-universitario. En 1972 puede regresar a su casa. Poco después se matricula en la Universidad de La Habana en la carrera de Licenciatura en Física. Allí también es señalado por ser cristiano práctico y manifestar que no era y nunca sería marxista, postura impensable para cualquier estudiante en aquella época. Es discriminado inclusive en el plano docente y debido a esta situación es obligado a dejar la escuela diurna. Puede matricularse en un centro nocturno para continuar la carrera de pedagogía en Física, gracias a amigos que le facilitan este trámite sin presentar los avales de los centros de trabajo. Reiteradamente busca trabajo y no le aceptan en ninguno, ya que en aquel tiempo el Partido Comunista Cubano ("PCC"), a través de su departamento llamado de "Cuadros", decidía, como ahora, quien puede o no trabajar. Logra que lo acepten como ayudante en una carpintería en la ocupación de menor escala y haciendo la labor más humilde. Tiempo después logra trabajar como profesor y matricular también en centros nocturnos las asignaturas para completar la carrera de ingeniero en telecomunicaciones. Tiene que abandonar el trabajo como profesor de Pre-universitario por no cumplir las exigencias de adoctrinar políticamente a los alumnos y hablarles con un lenguaje y valores diferentes. Su hermano menor, alumno de la misma escuela, es privado del derecho a estudiar en la universidad por problemas llamados políticos-ideológicos. Otros hermanos de Oswaldo también fueron expulsados de la Universidad por la misma razón. En 1980 familiares residentes en Miami, vienen a buscarlo por el puerto de Mariel pero se niega a emigrar. Aunque de su familia nadie quiere emigrar, los cuerpos represivos y el PCC organizan nuevos actos de repudio contra su casa, en la cual se refugian varias veces otros perseguidos por las turbas. Por esta razón la casa de Oswaldo es asediada. En los primeros años de la década de los ochenta comienza a trabajar en Salud Pública como especialista en equipos electromédicos. Le mantienen constantemente vigilado y acosado. Los agentes represivos comienzan a hacerle "visitas" en su centro de trabajo. Le vigilan de cerca y de lejos. Llegan a detenerlo en una ocasión en la calle mientras se dirigía a un hospital donde debía trabajar arreglando un importante equipo médico descompuesto. En muchas ocasiones la Seguridad del Estado lo persigue por la calle con varios autos, mientras Payá transita en bicicleta, lo acompañan a la Iglesia, al trabajo, los agentes se apostan en la misma puerta de la casa, piden identificación a cualquiera que se le acerca. Es un cerco, es como estar prisionero en la calle. Este tipo de asedio se ha repetido muchas veces y a veces dura tres y cuatro días sin que 6 ó 8 agentes se alejen de él más de 2 ó 3 metros. Comprometido con la justicia y la verdad en febrero de 1986 participa como delegado por la Diócesis de La Habana en el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC), a donde llevó el tema, preparado por él, "Fe y Justicia", en el que defendía el derecho de los católicos cubanos a practicar su fe con absoluta libertad. Libertad que, entonces como hoy, es un anhelo de los cubanos, y que sólo es posible en un ambiente de justicia y reconciliación. También llamaba a la Iglesia a defender los derechos de los cubanos y denunciar las injusticias. Sin embargo, sus palabras sonaron estridentes en aquel ambiente en el que se apostaban por una cautela y donde la tónica era de adaptarse al socialismo, pues el totalitarismo, era extendido por Rusia y Europa Oriental, parciales sempiternos a la jerarquía. Ese mismo año contrae matrimonio civil y religioso con Ofelia Acevedo Maura, ingeniero civil, con quien mantiene un feliz hogar en el que crecen sus tres hijos, Oswaldo José, hijo de 14 años, Rosa María, de 13 y Reynaldo Isaías, de 10. Nace el Movimiento Cristiano Liberación. Junto a un grupo de laicos crea la Peña del Pensamiento Cubano, en la Parroquia del Cerro. Edita Pueblo de Dios, primera publicación autónoma e independiente que asume la defensa de las libertades, no sólo de los creyentes, sino de todos los cubanos. En 1988, luego de fuertes presiones de la oficina de asuntos religiosos del PCC, el obispo de La Habana Jaime Ortega, prohíbe la publicación y la "Peña Cristiana". Ese mismo año Payá Sardiñas funda el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) comenzando una nueva etapa de lucha pacífica y civilista por la reconciliación nacional, sin precedentes hasta entonces en los casi treinta años de gobierno totalitario en Cuba. Es detenido en marzo de 1990 y encerrado durante varios días por la policía política del régimen siendo interrogado y amenazado con que, de continuar en su lucha cívica y pacífica, enfrentaría varios años de prisión. Posteriormente a su excarcelación Oswaldo Payá y el MCL hacen público un "Llamamiento al Diálogo Nacional" entre todos los cubanos dentro y fuera de la Isla. Comienzan una campaña de recogida de 10,000 firmas, con la intención de darle a esta iniciativa ciudadana carácter de Proyecto de Ley amparados en el artículo 86 de la Constitución de la República cubana vigente, antes de ser reformada parcialmente en 1992. La campaña de recogida de firmas comenzó con un buen paso a extenderse por todo el país, hasta que el 11 de junio de 1991 una turba organizada por el gobierno, asaltó su casa, que había sido abierta por Oswaldo para recoger las firmas y en momentos en que cientos de ciudadanos comenzaban a visitarle para respaldar la iniciativa del Dialogo Nacional. Las turbas de elementos del gobierno y la Seguridad del Estado organizaron un acto de repudio, asaltaron y saquearon la casa, localizada en la calle Santa Teresa #63, en el barrio del Cerro. Las turbas pintaron frases agresivas en la fachada del hogar de Payá sin considerar que en ella vivían dos pequeños niños y su señora esposa quien se encontraba embarazada. La fachada de la casa quedó con frases, pintadas con asfalto, que decían: "Payá agente de la CIA", "gusano", "viva Fidel", "abajo Payá". Los letreros cubrieron la fachada durante cerca de 8 años. Oswaldo, luego de este acto de crueldad contra su familia, trasladó a su esposa e hijos a casa de sus suegros, quienes les acogieron bondadosamente, desafiando las presiones de la Seguridad del Estado, y permaneció por ocho años en un exilio interno perseguido cuerpo a cuerpo, día a día, por sujetos encargados de estos execrables menesteres. Por primera vez, en 1992, Payá hace publica su intención de postularse para Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. La respuesta de la Seguridad del Estado fue obstaculizar y evitar que el líder del MCL ejerciera su derecho constitucional a "ser elegido". Dos días antes de la llamada Asamblea de la Postulación la policía lo detiene en su casa y lo lleva custodiado por todo el barrio, para intimidar a los vecinos. Llevan a Payá a un centro de los "Comités de Defensa de la Revolución" y allí lo esperan policías miembros del PCC y lo amenazan con que "correrá la sangre si se presenta en una asamblea". El PCC realiza la asamblea bajo custodia, sólo durante unos minutos y con sus adeptos. Payá desde 1992 redacta el "Programa Transitorio" que propone una vía de conjunto para transformar la sociedad cubana pacíficamente. En 1993 comienzan nuevamente a recoger firmas para un referendo sobre el "Programa Transitorio". Los sucesos, que culminaron con el éxodo del verano de 1994, paralizaron este intento. Rehén en una isla, Oswaldo Payá ha sido invitado en varias ocasiones, en el transcurso de estos años, a viajar a eventos auspiciados por la Internacional Demócrata Cristiana, y otros foros de Derechos Humanos celebrados en Polonia, España, Letonia, Venezuela, Chile, México y otros estados de Europa, América Latina y América del Norte. Fue invitado a la conferencia de Derechos Humanos de Varsovia en 1998 y no le dejaron salir de Cuba. Durante todos estos años el gobierno de Cuba le ha impuesto una prohibición a viajar y regresar a su Patria. Esta prohibición alcanza también a su señora esposa Ofelia Acevedo Maura, a quien le fue impedido viajar a España invitada a pasar un curso de la especialidad de hidráulica en la Universidad de Valencia, después incluso de haber efectuado el pago de la ignominiosa "Tarjeta Blanca" que imponen las autoridades cubanas a quienes van a viajar. Su hermano Alejandro Payá Sardiñas también estuvo restringido de viajar durante la pasada década de los noventa. A los hermanos de Oswaldo Payá, que permanecen exiliados en los Estados Unidos de América y España, se les ha impedidos viajar a su Patria. La crueldad de las autoridades cubanas no ha tenido límites con ellos. En agosto del 2000, mientras la madre de Payá Sardiñas agonizaba luego de una penosa lucha contra el cáncer, sus hermanos realizaron gestiones ante las autoridades cubanas para visitarla y poder asistirla en sus momentos finales. Oscar y Reynaldo Payá Sardiñas, hermanos de Oswaldo, son médicos, pero el régimen tuvo oídos sordos con ellos. Más aún, "justificaron" su proceder diciéndoles que no se lo permitirían por ser su hermano "Oswaldo Payá, un connotado líder contrarrevolucionario". Oswaldo, Ofelia y su hijo mayor pudieron viajar a Miami en marzo de 1997 ya que este último se enfermó gravemente con un coma hepático. Se salva milagrosamente y regresan a los 30 días a Cuba a pesar de la insistencia de amigos y familiares para que se quedaran en Estados Unidos de América y de las facilidades ofrecidas para que también sus dos pequeños hijos que quedaron en Cuba se reunieran con ellos. Desde 1995 hace los primeros llamados para que los Estados Unidos levantaran el embargo en materia de medicinas y alimentos sin condiciones y para que revisaran su política hacia Cuba. En 1995 participa como uno de los cinco organizadores de Concilio Cubano, redacta el único documento de unidad que plasmaba la posición de los miembros del Concilio Cubano. La Seguridad lo detiene lo amenaza y le pide que desaliente la reunión. Payá se niega y le ponen un cerco de agentes de la Seguridad del Estado a su casa hasta que Concilio no se puede realizar debido a la represión y el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en aguas internacionales. En 1997, junto con otros 10 miembros del MCL, recogen cientos de firmas de apoyo a sus candidaturas para diputados. Es la primera vez que algunos ciudadanos se presentan como candidatos con apoyo popular y sin ser del gobierno. Las comisiones electorales no aceptan esta candidatura. En 1997 presenta una demanda a la Asamblea Nacional del Poder Popular demostrando que la ley electoral era antisoberana y anticonstitucional y reclamando su derogación y cambio por otra ley democrática. El gobierno a través de la TV y la prensa difama y ofrece una imagen negativa de Payá, alentando a las provocaciones. Estas provocaciones continúan hasta el día de hoy. Ejemplo de ello es que sólo días después de los sucesos del 11 de septiembre en Nueva York, un grupo de agentes y provocadores, le gritaron en plena calle cuando Payá caminaba con su esposa y sus dos hijos: "a esos también hay que acabarlos con una bomba". Desde 1996 a 1997 redacta el Proyecto Varela. Durante la visita del Papa a Cuba en 1998 es vigilado y custodiado de cerca por la Seguridad del Estado. Ese mismo año el MCL lanza públicamente el Proyecto Varela y comienzan a recoger firmas para un Referendo. En 1999 redacta el manifiesto "Todos Unidos" y lo propone a la primera asamblea de la oposición, realizada bajo fuerte represión, que resultó en un movimiento de unidad. Es nombrado coordinador de la "Comisión de Relatoría de Todos Unidos", movimiento que permanece hasta la actualidad. En marzo de 2001 "Todos Unidos" vuelve a lanzar la convocatoria para recoger 10,000 firmas para el Referendo sobre el Proyecto Varela. El 10 de mayo de 2002 representantes de "Todos Unidos", encabezados por Oswaldo Payá, entregaron ante la Asamblea del Poder Popular Nacional 11,020 firmas de electores convirtiendo así el Proyecto Varela en un proyecto de ley, bajo la Constitución cubana vigente. Esto obliga, bajo la Constitución, a la Asamblea del Poder Popular a discutir públicamente el Proyecto Varela y votar a favor o en contra del mismo. Además, el gobierno está obligado a incentivar la dicusión pública del Proyecto Varela por los medios de comunicación masivas que controla. La respuesta del régimen castrista fue de autoconvocar una recogida de firmas para convertir el aspecto "socialista" de la Constitución vigente en intocable. Este supuesto proyecto de ley fue presentado y aprobado en la Asamblea en violación de su propio reglamento ya que el Proyecto Varela por precedencia tenía que ser considerado primero. El 5 de julio de 2002 la Asamblea suspende "indefinidamente" su sesión oridinaria para así evitarse discutir el Proyecto Varela. Los actos de represión han aumentado y la intrasigencia del régimen se hace mayor. Los gestores del Proyecto Varela continúan recogiendo firmas y el movimiento cívico crece. Oswaldo Payá recibe un apoyo casi unánime de la comunidad
internacional a su gestión siendo reconocido por varias entidades
como un luchador por la democracia y los derechos de los ciudadanos. El
Instituto Nacional Demócrata de Estados Unidos le otorgó
en 2002 el premio Averell Harriman en la Organización de Estados
Americanos en Washington, D.C., en reconocimiento a su labor con el Proyecto
Varela. Además, el presidente checo Vaclav Havel ha iniciado una
campaña de apoyo para nominar a Oswaldo Payá al Premio Nóbel
de la Paz por sus ejecutorias pacíficas hacia la libertad y democracia
en Cuba. En octubre del 2002 el Parlamento Europeo le otorga el premio
Andrei Sajarov a la Libertad de Pensamiento. |
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