"Los
cubanos no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin
Libertad" |
Oswaldo Payá
(Discurso pronunciado en el Parlamento Europeo el 17
de Diciembre del 2002, con motivo de otorgársele
el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia 2002) |
El Proyecto Varela, promovido por cientos de cubanos bajo
la dirección de Oswaldo
Payá Sardiñas , es, sin duda, la iniciativa
más exitosa de la oposición cubana en los
últimos tiempos, quizás en la historia. Por
primera vez, la dictadura militar que dirige el país
se siente atrapada en sus propias contradicciones y a la
defensiva por una iniciativa ciudadana que pide el derecho
de votar los cambios deseados. Además está
basada en la propia constitución cubana, a través
de algunas de las "rendijas democráticas."
que contiene sobre el papel
A continuación explicamos en detalle en qué
consiste el Proyecto Varela y qué ha logrado
Si vas a Cuba, bájate
trípticos explicativos, imprímelos y dáselos
a los cubanos con los que te encuentres.
¿Qué es el Proyecto Varela?
El Proyecto Varela representa una alternativa
de futuro. Es un proyecto de ley, promovido por ciudadanos
desde dentro de Cuba, para que sean los propios cubanos
los que decidan si realizar o no los cambios que Cuba necesita.
El Proyecto Varela recibe su nombre del padre Felix
Varela y Morales, gran personalidad de la historia cubana,
en especial por su defensa de los derechos del ciudadano
y la abolición de la esclavitud.
El proyecto que lleva su nombre ha sido concebido en Cuba,
por cubanos y para todos los cubanos.
¿Qué pide el Proyecto Varela?
El Proyecto Varela quiere mejorar el bienestar
económico y moral de los cubanos, a través
del reconocimiento de derechos y libertades que les corresponden
y merecen. Derechos tanto políticos como económicos,
para mejorar la penosa situación de pobreza en la
que se encuentran, así como para que Cuba transite
hacia la democracia. Este proyecto de ley propone un voto
popular acerca de los siguientes aspectos:
Libertad de expresión y de prensa.
Libertad de asociación respeto a la diversidad
de ideas presentes en nuestra sociedad , no todos pensamos
igual y todos tenemos derecho a expresarnos y a crear organizaciones.
Amnistía para los presos políticos que
no hayan atentado contra la vida de otras personas,
abriendo más caminos para la reconciliación
nacional.
Libertad económica para dar a los cubanos
la posibilidad de prosperar y mejorar su economía
a través de la creación de empresas privadas
de los cubanos. Actualmente están humillados porque
esto sea privilegio de los extranjeros. Asimismo, la libertad
generaría una economía una economía
mucho más eficiente y mayor bienestar para los cubanos.
Nueva Ley Electoral y Elecciones Libres. Que haya
más de un candidato por puesto de diputado y se respete
el pluralismo político.
¿Que ha logrado ya el Proyecto Varela?
Ha roto la cadena del miedo
El Proyecto Varela ha logrado reunir las firmas de más
de 25.000 cubanos de forma consciente y voluntaria.
Estos miles de ciudadanos que viven en Cuba han dejado atrás
su miedo y apoyado esta propuesta que, a pesar de ser legal,
no ha sido publicada por el Gobierno.
Gracias a estas firmas, el Proyecto fue presentado a la
Asamblea Nacional del Poder Popular el 10 de Mayo del 2002
y de nuevo, el 3 de Octubre del 2003. Por eso, además
de ser legal, según la Constitución, es
un proyecto de ley, al reunir más de 10.000
firmas en dos ocasiones.
Nadie puede explicar por qué los cubanos no pueden
tener derechos a crear sus propias empresas y los extranjeros
sí, ni a contratarse libremente, ni a asociarse libremente,
ni a pensar y expresar sus ideas sin miedo a ser reprimidos
y marginados. La Ley Electoral no permite a los cubanos
elegir a cada uno de sus diputados entre varios candidatos
y es una comisión de candidatura la que designa,
como ahora, los 609 candidatos para los 609 puestos de diputados.
Así los electores ni eligen, ni nominan a sus diputados
y esto viola la Constitución. El Proyecto Varela
contiene una ley electoral que garantiza el derecho constitucional
a elecciones verdaderas y libres.
Más logros
El Proyecto Varela también ha logrado
reconocimiento internacional de numerosos dirigentes políticos,
sociales y religiosos del mundo, desde parlamentos iberoamericanos
hasta la Unión Europea, pasando por presidentes de
numerosos países como Vaclav Havel, José
María Aznar, Vicente Fox, y muchos otros lideres
mundiales. Durante su visita a Cuba, el ex-Presidente de
los EEUU, Jimmy Carter lo nombró y alabó.

Aunque en Junio del 2002 mediante una llamada "Modificación
Constitucional" se agregaron algunos párrafos
a la Constitución, supuestamente para hacerla "irreformable"
no se eliminaron los artículos en que se apoya legalmente
el Proyecto Varela. Estos son entre otros, los siguientes
artículos: Art. 1, Art. 88 g, Art. 53, 54 y 55 Art
41, 42 y 43, Art 9, Art 15, 16 y 17, Art 63 y 64, Art 68,
Art 70 y 71, Art 23, Art 84, Art 131 al 136.
En todo el país continúa la recogida de firmas.
El artículo 292 del mismo Código Penal cubano
establece que comete un delito el que "impida u obstaculice
que una persona dirija quejas o peticiones a las autoridades"
Pero lo más importante: el Proyecto Varela ha
conseguido establecerse como la vía de cambios
pacíficos que Cuba necesita.
Discurso de Oswaldo Payá al Recibir
el Premio Sajarov
El opositor cubano de mayor relieve internacional
en estos momentos, el ingeniero Oswaldo Payá Sardiñas,
líder del Movimiento Cristiano Liberación
y principal impulsor del Proyecto Varela, recibió
el 17 de diciembre de 2002 el Premio
Sarajov a la Libertad de Pensamiento que otorga el Parlamento
Europeo.
El
Proyecto Varela propone un referendo político para
que los cubanos puedan decidir su destino en cuanto a las
libertades de expresión y asociación, y el
derecho a tener empresas privadas propias. También
pide la liberación de prisioneros políticos
y cambios en la ley electoral cubana, que actualmente sólo
admite como legal al Partido Comunista. Los proponentes
del Proyecto Varela presentaron el documento avalado por
11 mil firmas de cubanos, como exige la ley, a la oficialista
Asamblea Nacional de Cuba, pero el gobierno de la isla ignoró
la petición y puso en vigor un contraproyecto que
establece que el sistema político y económico
imperante en la isla es "irrevocable".
Las siguientes palabras fueron pronunciadas por Payá
ante el Parlamento Europeo en ocasión de recibir
el Premio
Sajarov, el 17 de Diciembre de 2002 en Estrasburgo,
Francia:
Gracias al señor presidente, Pat Cox, y a este Parlamento
en el que están representados muchos pueblos de Europa.
Ustedes han concedido el premio Andrei Sajarov al pueblo
de Cuba; digo al pueblo cubano porque es el gran merecedor
de este reconocimiento. Lo digo sin excluir a ninguno de
mis compatriotas, sea cual sea su posición política,
porque los derechos no tienen color político, ni
de raza, ni de cultura. Tampoco las dictaduras tienen color
político, no son de derecha ni de izquierda, son
sólo dictaduras. En mi país hay miles de hombres
y mujeres que luchan por los derechos de todos los cubanos
en medio de la persecución. Cientos de ellos están
presos sólo por proclamar y defender estos derechos,
por lo que yo recibo este reconocimiento en su nombre.
Digo que este premio es para todos los cubanos porque entiendo
que, con este premio, Europa quiere decirles: "Ustedes
también tienen derecho a los derechos''.
De esto siempre estuvimos convencidos, pero hubo etapas
en las que parecía que esa verdad no era tan evidente
para muchos en el mundo.
No
vengo aquí a pedir apoyo para la oposición
al gobierno cubano, ni a condenar a los que nos persiguen.
No es una ayuda para Cuba que algunos en el mundo tomen
partido por el gobierno cubano o por los que se le oponen,
a partir de posiciones ideológicas. Nosotros queremos
que se tome posición a favor del pueblo cubano, con
todos los cubanos. Y eso significa apoyar el respeto a todos
sus derechos, apoyar la apertura, apoyar la demanda de que
se consulte a nuestro pueblo en las urnas sobre los cambios
que estamos demandando. Pedimos la solidaridad para que
se le dé la voz a nuestro pueblo en las urnas, como
lo propone el Proyecto Varela.
Muchos han relacionado este premio con el Proyecto Varela,
y tienen razón, porque los miles de cubanos que,
en medio de la represión han firmado esa petición
de referéndum, están haciendo una contribución
decisiva a los cambios que Cuba necesita. Estos cambios
significarían participación en la vida económica
y cultural, significarían derechos políticos
y civiles y reconciliación nacional. Ese sería
el verdadero ejercicio de la autodeterminación de
nuestro pueblo. Debe terminar el mito de que los cubanos
tenemos que vivir sin derechos para sostener la independencia
y soberanía de nuestro país.
El padre Félix Varela nos enseñó que
la independencia y la soberanía nacional son inseparables
del ejercicio de los derechos fundamentales. Los cubanos
que viven en Cuba y en la diáspora, como un solo
pueblo, tenemos la voluntad y las capacidades para construir
una sociedad democrática, justa y libre, sin odios
ni revanchas y como lo soñó José Martí:
"Con todos y para el bien de todos''.
No hemos escogido el camino pacífico como una táctica,
sino porque es inseparable de la meta de nuestro pueblo.
La experiencia nos dice que la violencia genera más
violencia y que cuando los cambios políticos se realizan
por esa vía se llega a nuevas formas de opresión
e injusticia.
Queremos que nunca más la violencia y la fuerza sean
vías para superar crisis o gobiernos injustos. Esta
vez realizaremos los cambios mediante este movimiento cívico
que ya está abriendo una nueva etapa en la historia
de Cuba, en la que prevalecerá el diálogo,
la participación democrática y la solidaridad.
Así construiremos una paz verdadera.
Los héroes luchadores cívicos cubanos, los
ciudadanos que firman el Proyecto Varela, no tienen armas
en las manos. No tenemos un brazo armado. Tenemos los dos
brazos extendidos, ofreciéndoles las manos a todos
los cubanos, como hermanos, y a todos los pueblos del mundo.
La primera victoria que podemos proclamar es que no tenemos
odio en el corazón.Por eso decimos a quien nos persigue
y a los que tratan de dominarnos: tú eres mi hermano,
yo no te odio, pero ya no me vas a dominar por el miedo,
no quiero imponer mi verdad, ni que me impongas la tuya,
vamos juntos a buscar la verdad. Esa es la liberación
que estamos proclamando.
Todavía hay quien sostiene el mito de la disyuntiva
entre los derechos políticos y civiles, por una parte,
y la capacidad de una sociedad para construir la justicia
social y lograr el desarrollo, por otra. No son excluyentes.
La ausencia de derechos civiles y políticos en Cuba
ha tenido graves consecuencias como la desigualdad, la pobreza
de la mayoría, los privilegios de una minoría,
el deterioro de algunos servicios, aun cuando éstos
están concebidos como sistemas humanos y positivos.
De esta manera, aunque muchos cubanos han trabajado durante
años con amor y buena fe, hoy existe una grave situación
en materia de derechos civiles y políticos, además
de una creciente desigualdad y deterioro de la calidad de
vida para las mayorías. Inclusive se les atan las
manos a los
ciudadanos, neutralizando las inmensas potencialidades de
creatividad y laboriosidad de los cubanos. Esa es la principal
causa de nuestra pobreza. No se puede justificar esta realidad
afirmando que el pueblo cubano escogió libremente
este sistema. Ustedes saben que ningún pueblo de
los representados en este Parlamento, ni ningún pueblo
en el mundo, renunciaría jamás al ejercicio
de sus derechos fundamentales. Cada vez se demuestra más
que el bienestar y el progreso en materia económica
y social son frutos del ejercicio de los derechos. De igual
manera, una democracia no es verdadera o no es completa
si no es capaz de iniciar y sostener un proceso de elevación
de la calidad de vida de todas las personas. Porque tampoco
ningún pueblo ejerce su voto libremente para optar
por la pobreza y la desigualdad que reduzca a las multitudes
a una situación de desventaja y marginación.
Nuestros pueblos latinoamericanos están reclamando
la democracia real que es aquélla en la que se puede
construir la justicia. Es escandaloso que en nombre de la
eficacia se apliquen métodos que pretenden superar
crisis y acabar con la pobreza, pero que, en la práctica,
amenazan con aniquilar a los pobres.
No pretendo anunciar nuevas posiciones o modelos, pero nuestro
pueblo ha vivido y sufrido diversos sistemas políticos
y económicos. Hoy sabemos que cualquier método
o modelo que, en una supuesta búsqueda de la justicia,
el desarrollo o la eficacia, se sitúe por encima
de la persona o anule cualquiera de los derechos fundamentales
conduce a alguna forma de opresión, a la exclusión,
y sumerge a los pueblos en la calamidad.
Queremos expresar desde aquí nuestra solidaridad
con todos los que sufren cualquier forma de opresión
y de injusticia, con los que están silenciados y
marginados en el mundo. La causa de los derechos humanos
es una sola, como una sola es la humanidad. Si hoy se habla
de globalización, anunciamos y denunciamos que si
no se globaliza la solidaridad no sólo peligran los
derechos humanos, sino el derecho a seguir siendo humanos.
Sin solidaridad humana tampoco conservaremos un mundo limpio
donde siga siendo posible la vida para los seres humanos.
Por eso, humildemente creo que más que nuevos modelos,
tanto en las sociedades como en las relaciones entre los
países, lo que se necesita es un nuevo espíritu.
Este nuevo espíritu debe expresarse en la solidaridad,
la cooperación y la justicia en las relaciones entre
los países y no será un freno al desarrollo.
Porque si se subordinan las políticas y los modelos
a la realización de la persona, a la construcción
de la justicia y la democracia, si se humanizan las políticas,
entonces se superarán los abismos que separan a los
pueblos y seremos una verdadera familia humana.
Llegue desde Cuba nuestro mensaje de paz y solidaridad a
todos los pueblos. Todos los cubanos reciben este premio
con dignidad y proclamando nuestra esperanza de reconstruir
nuestra sociedad con el amor de todos, como hermanos, como
hijos de Dios. Los cubanos somos sencillos y sólo
queremos vivir en paz y progresar con nuestro trabajo, pero
no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad.
Ante el Señor de la historia, que fue acostado en
un humilde pesebre, depositamos este homenaje, y nuestras
esperanzas.
Gracias y feliz Navidad.
(La Asamblea, de pie, aplaude al orador.)
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