Vargas Llosa se une al rechazo por el fin de las sanciones a Cuba
Los principales partidos políticos españoles expusieron ayer sus divergencias sobre la política exterior hacia Cuba y, en concreto, sobre las sanciones que acaba de levantar la Unión Europea (UE) durante el V Foro Atlántico. En el curso de la reunión, dedicado esta vez a «Cuba, de la dictadura a la democracia», el escritor Mario Vargas Llosa se sumó a las críticas hacia la última medida del bloque por considerar que es «una decisión equivocada». La Historia contemporánea, a juicio del novelista hispanoperuano, demuestra que «no se aplaca a los tigres echándoles corderos» y que «una dictadura percibe gestos como el de la UE como un acto de debilidad y consentimiento».
Vargas Llosa, que preside la Fundación Internacional para la Libertad, se refirió también a que la respuesta a la Unión Europea -de los «vituperios» lanzados por Fidel Castro a las numerosas detenciones de disidentes de los últimos días- indica que el régimen «no piensa modificar su política represiva». El Premio Cervantes subrayó que tanto a los partidarios del «apaciguamiento» como a los de la «presión» frente a La Habana «nos une la idea de que la situación de Cuba no puede continuar como hasta ahora, es inaceptable desde el punto de vista político, moral y de los derechos humanos».
El acto, organizado también por la Fundación Iberoamérica Europa, fue clausurado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que reclamó a la comunidad internacional que «no se acostumbre a la aberración de la dictadura cubana». Aguirre dedicó una palabras al fallecido escritor Guillermo Cabrera Infante. En este foro también se presentó el libro que el preso de conciencia Héctor Maseda ha escrito tras la rejas, «Enterrados vivos».
Protesta castrista
Mientras tanto, en el exterior de Caixa Forum, una treintena de manifestantes gritaba consignas a favor del régimen de los Castro -como «menos difamar y más trabajar»- y agitaba banderas de Cuba con la imagen del Che o carteles con leyendas como «No a la injerencia imperialista».
El secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, sostuvo que el Gobierno español ha estado «obsesionado» estos años por «alterar» la posición de la UE hacia la isla, en lugar de invertir esas energías en promover una «agenda de progreso» en Iberoamérica. Moragas afirmó no entender por qué la Unión «debe mover ficha antes que la dictadura» y se mostró dispuesto a intentar pactar la política hacia Cuba con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, pero puso como condición que se dé un «apoyo visible» a la disidencia. Para ello reclamó que la Embajada de España ofrezca a la disidencia interna acceso a internet y les invite el 12 de Octubre, en lugar de que sea el régimen el que elabore la «lista de invitados». Si esto no ocurre, se comprometió a que el PP organice ese día una recepción para los opositores cubanos que residen en España.
La diputada del PSOE Meritxell Batet defendió a continuación la medida de levantar las sanciones impuestas tras la «primavera negra» de 2003, dijo que no es una «legitimación del régimen dictatorial» y pidió a EE.UU. que haga lo mismo con el embargo, porque sería «una manera de romper el juego del dictador» Fidel Castro. En este sentido, el ministro consejero de la Embajada de Estados Unidos, Hugo Llorens, consideró el fin de las sanciones «una recompensa inmerecida», afirmó que «la UE y EE.UU. deben trabajar juntos» respecto a Cuba y que Washington estudiaría el levantamiento del embargo si viera gestos «genuinos» del régimen.
Enlaces de interés:
Autor: ABC