La disidencia cubana considera ofensivo el posible viaje de Zapatero a la isla sin exigir nada
Representantes de la disidencia cubana opinaron ayer que una eventual visita a Cuba del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, sólo tendría sentido si supusiera la liberación de presos de conciencia.
La visita ‘sería muy positiva si hubiera una respuesta por parte del gobierno cubano en el sentido de liberar a los presos pacíficos y de conciencia, y de respetar los derechos humanos’, declaró el economista Óscar Espinosa Chepe, uno de los 75 opositores presos en el 2003.
‘Si fuera así, bienvenida la visita; pero, si no, no tiene sentido’, porque ‘en la práctica sería un respaldo al totalitarismo’, agregó Espinosa, condenado a 20 años de cárcel y ahora con licencia extrapenal por motivos de salud.
El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció el martes en Madrid que Zapatero aceptó la invitación del gobernante cubano, el general Raúl Castro, pero el jefe del gobierno matizó que su viaje es un ‘proyecto’ y que ya verá ‘si se consuma’.
‘Lamentablemente, no vemos ningún gesto en ese sentido (de mejora en los derechos humanos), sino un recrudecimiento de la represión’, explicó Espinosa, y protestó por ‘la atención tan cálida’ que se le ha dado en Madrid al canciller cubano, Felipe Pérez Roque.
‘Me parece un baldón para España venir acá sin conseguir nada’, añadió el economista.
Según la líder de la Agenda para la Transición, Marta Beatriz Roque, ‘indiscutiblemente cualquier liberación de presos políticos, cualquier cosa que signifique la libertad de los presos o el cese de la represión, sería bienvenido’.
Roque, única mujer de los 75 condenados de 2003, lamenta que la visita sea ‘parte de la política de espaldarazo del gobierno español al cubano’, dada ‘la situación actual que tiene el país en este momento (…) y el nivel represivo que hay’.
‘Lo que están haciendo es sencillamente dándole gusto al gobierno cubano’, manifestó.
Por su parte, el líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, dijo a Efe que ‘la visita de cualquier representante de un gobierno democrático a Cuba siempre será positiva, tomando en cuenta la naturaleza antidemocrática del gobierno de la isla’.
Pero agregó que ‘siempre será difícil para algún dignatario de países democráticos venir a Cuba y encontrarse que las prisiones están llenas de presos políticos, incluyendo a 60 prisioneros de conciencia adoptados por Amnistía Internacional’.
Héctor Palacios, también del grupo de los 75 y liberado por razones de salud, calificó de ‘‘lamentable’ que Zapatero visite la isla ‘sin que el gobierno cubano hubiera dado pasos serios, viables y concretos’.
‘Sería un error político más’ del gobierno español, dijo Palacios, que vivió en España durante casi un año, hasta el mes pasado.
El líder de Cambio Cubano, Eloy Gutiérrez Menoyo, preguntó: ‘¿Qué viene a ver (Zapatero)? ¿Que aquí continúa la misma dictadura de hace 50 años?’.
Gutiérrez recordó la visita a Cuba en 1986 del entonces presidente del gobierno español, el también socialista Felipe González, y opinó que ‘fue positiva porque por lo menos logró mi liberación (…), entre otras’.
‘Lo correcto -agregó- es que se dieran pasos reales, como lo está reclamando la Unión Europea. Que se vea que se avanza hacia la democratización del país. No me opongo (a la visita), pero debía ser en una situación concreta’.
Por su parte, los grupos opositores cubanos en España también manifestaron el miércoles que el viaje de Zapatero sería una ofensa a la disidencia si el régimen castrista no da pasos visibles hacia la democracia.
Los colectivos criticaron al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por guardar silencio cuando el canciller Felipe Pérez Roque, afirmó en una conferencia de prensa conjunta que no hay presos políticos en Cuba.
El portavoz del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Carlos Payá, afirmó que ‘sólo el hecho de plantearse’ el viaje de Zapatero después de que Pérez Roque descartara cualquier cambio fuera del marco de la revolución es ‘descorazonador’ y un ‘gran desconsuelo’.
‘Una visita sin ningún tipo de condiciones es un regalo a la dictadura’, dijo a Efe el hermano del disidente Oswaldo Payá.
Este disidente valoró el ‘voluntarismo’ del gobierno español, pero lamentó que Moratinos ‘no fuera capaz de marcar la más mínima distancia, ni en gestos ni en símbolos’ con Pérez Roque.
La presidenta de la Federación Española de Asociaciones Cubanas, Elena Larrinaga, manifestó que si Zapatero quiere ir a la isla, tendría que ser con una ‘agenda clara’ y con ‘exigencias’.
Larrinaga señaló que la ayuda económica y humanitaria ofrecida por el Gobierno de Madrid ‘no va a resolver el problema en Cuba’ y corre el riesgo de ‘dar gas’ al régimen.
Subrayó además que la foto del rey Juan Carlos y de la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, con Pérez Roque es un ‘jarro de agua fría’ para la oposición cubana a la vista del discurso del canciller en su visita a Madrid.
El coordinador de Unión Liberal Cubana (ULC), Antonio Guedes, comentó que Zapatero sólo debería ir a la isla si ‘hay verdaderamente cambios’ políticos, económicos y democráticos.
Guedes convino en que la ayuda a Cuba puede servir para financiar la causa castrista, al tiempo que consideró ‘blanda’ la postura de Moratinos.
El portavoz de la Asociación Española Cuba en Transición (AECT), Matías Jove, se unió a la opinión de que una visita de Zapatero meramente ‘institucional’ sería negativa para la disidencia.
Jove se mostró a favor del diálogo del Gobierno con Cuba, pero siempre que sea ‘real’ y no se deje el régimen castrista que ‘imponga’ sus condiciones.
También expresó su temor por el destino que pueda tener la ayuda para la reconstrucción de las zonas afectadas por los huracanes.
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Autor: (publicado en El Nuevo Herald)