Sin penas, ni glorias
Los cubanos hemos perdido la noción de lo correcto, a menudo buscamos la manera de justificar nuestros actos y hacemos uso deliberadamente de la libertad de expresión, enfrascados en el término de que una verdadera democracia admite la diversidad de criterios, nos alejamos del concepto fundamental del respeto hacia nuestros semejantes.
Si buscáramos la raíz de nuestros problemas, estaríamos frente a la triste realidad de que nuestro principal adversario es el gobierno y que nuestros hermanos de lucha con más o menos virtudes son cubanos que al igual que nosotros han tenido el valor y la dignidad de enfrentarse a un gobierno que nos desgobierna a todos por igual, en franca violación de nuestros derechos civiles.
Frente a la dura realidad de ser un país que sufre una de las dictaduras más grandes de la historia, considero que es urgente multiplicar nuestros recursos, y no hablo de los recursos, los fondos o el presupuesto que se supone el gobierno de los Estados Unidos ha designado para Cuba, ese sin dudas es importante, pero no es la raíz del problema, el eje fundamental esta en multiplicar un recurso que solo poseen los que con amor han abrazado esta causa, esos que evangelizan a este pueblo, que ha enmudecido a causa del miedo, el recurso para ganar es el recurso humano ese que hace que el pan se multiplique, que tu causa sea mi causa, la causa de todo el pueblo, los que no conocen la grandeza de esos ideales, se han enfrascado en materializar los sueños de la democracia por ende tomaron el camino equivocado y este pueblo necesita una realidad objetiva y a medio siglo de dictadura no merece el beso de Judas.
Entre proyectos de escritorio y campañas de buro, pasa inadvertido el tiempo que nos aplasta, el trabajo con la base social, es una prioridad, ganando adeptos en esta lucha estaremos frente a una transición inmediata e inevitable, de lo contrario estaremos escribiendo nuestras miserias, que pasaran a la historia sin penas ni glorias.
Autor: Belinda Salas-Flamur