Demócratas cubanos y ex presidentes piden a la UE que no ceda ante Castro
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Entre la referencia obligada a la memoria de Orlando Zapata, el opositor que el castrismo dejó morir, y la esperanza de un próximo fin de la dictadura, Faes reunió ayer a una amplia y plural representación de los demócratas cubanos -en directo y con testimonios grabados en la isla-, para rendirles un homenaje que también sirvió para dejar claro a la Unión Europea y al Gobierno de Zapatero que la condescendencia con el régimen sólo beneficia a los hermanos Castro además de servir para que aumente la represión interior.
En un acto que contó con la presencia de opositores de las principales organizaciones políticas y sociales del exilio cubano, ex presos políticos, escritores y periodistas como Mario Vargas Llosa, Raúl Rivero o Carlos Alberto Montaner, Aznar también reunió a dos ex presidentes de países iberoamericanos como Alejandro Toledo (Perú) y Jorge Quiroga (Bolivia) y al presidente del Partido Popular Europeo, Wilfried Martens, para insistir en el mismo mensaje: «Cuba necesita una transición pacífica a la democracia» y buscar vías de diálogo con el castrismo desde la Unión Europea como pretende Zapatero es dar oxígeno a la dictadura.
El ex presidente del Gobierno, que eligió para celebrar el homenaje la misma fecha del comienzo de la Cumbre UE-América Latina, arrancó los aplausos de los congregados puestos en pie cuando cerró su discurso con un «Estamos con vosotros, la libertad está próxima» y el «Viva Cuba libre» con el que acababan casi todas la intervenciones, también la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que hizo de anfitriona.
Orlando Zapata y el llamamiento a que su muerte no sea en vano sino que sirva para acelerar la caída del castrismo fue el ejemplo y el núcleo de todas las alocuciones y testimonios, incluido la de su madre, Reina Luisa Tamayo, la más emotiva. «Los que estamos vivos tenemos que luchar ahora para acabar con un régimen que sólo ha traído 50 años de hambre, injusticia y miseria. La memoria de Orlando Zapata vive», decía en un mensaje grabado.
Aznar fue el que más esperanzado se mostró en la próxima caída del castrismo, y también el que ofreció más soluciones: que la Unión Europea sea inflexible y no ofrezca salidas a la dictadura y que cada turista que pise la isla se convierta en «mensajero de la libertad» o «motor del cambio».
«Orlando Zapata no ha muerto en vano. Su heroica muerte ha engrandecido la causa de la libertad del pueblo cubano. No está con nosotros pero su testimonio permanecerá siempre del lado de la libertad», proclamó el ex presidente del Gobierno antes de reiterar su defensa de la llamada «posición común» de la UE sobre la dictadura de Castro: diálogo y apoyo a los demócratas opositores y exigencia al régimen para que deje paso a una transición pacífica.
Aznar aludió directamente a Zapatero cuando recordó que hay quienes «desde el Gobierno de España, en sintonía con la dictadura y contra lo que defienden los disidentes cubanos, sostienen que la posición común es obsoleta y se empeñan en buscar vías de diálogo y cooperación con la dictadura».
El ex presidente del Gobierno, en una idea sobre la que ya habían abundado Toledo, Quiroga y Martens, sentenció que la condescendencia con el castrismo, además de un error, supondría convertir a la UE en cómplice de los abusos, del terror y hasta de «asesinatos» como el de Orlando Zapata. «El silencio y la ambigüedad es complicidad», había advertido antes el ex presidente de Bolivia.
La fundadora de las Damas de Blanco, Laura Poyán, también en mensaje grabado, remachó la cuestión: No se puede cambiar la posición común de la UE hacia Cuba «porque sirve de escudo y de freno frente a la dictadura de los hermanos Castro».
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Autor: ABC