Presos políticos de la UNPACU denuncian represión en las cárceles donde cumplen condena
Katherine Mojena Hernández – CubaNet
Ayer, jueves 8 de diciembre, cumplió nueve días en celda de castigo el preso político Fernando Vázquez Guerra, quien se encuentra recluido en el segundo destacamento de la prisión Kilo 7, en Camagüey.
Vázquez Guerra, quien se desempeñaba como coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en esta provincia, denunció vía telefónica que las autoridades del penal estaban cometiendo “actos de tortura contra los reclusos que exigían alimentación, atención médica y revisión de sus sentencias”.
Hace dos días, la esposa del opositor acudió a la visita reglamentaria que le correspondía y le negaron verlo. Las propias autoridades de la prisión le confirmaron que lo mantienen en celda de castigo.
“Los sicarios castristas le dijeron que no podía verlo porque estaba en celda de castigo. Esta cruel e injusta medida vino después de que el valiente activista realizara denuncias desde la prisión”, confirmó a CubaNet Ana Belkis Ferrer, miembro de la UNPACU.
El 18 de noviembre del 2021, Vázquez Guerra, también promotor de la plataforma Cuba Decide, sufrió un allanamiento a su vivienda por parte de agentes del Ministerio del Interior, quienes ocuparon sus pertenencias y lo arrestaron de forma violenta y arbitraria. Días después, fue trasladado a prisión.
Según los miembros de su organización, el ensañamiento contra Vázquez Guerra se debe a sus acciones pacíficas en contra del sistema. Desde su salida de prisión en julio de 2021, tras cumplir una condena de cinco años de prisión por motivos políticos, retomó sus actividades como coordinador de la provincial de la UNPACU con el fin de reagrupar nuevamente a los demás miembros. Esto aumentó el hostigamiento y la represión en su contra.
Por otra parte, Griselia Allien, madre del prisionero político Eider Frómeta Allien, también integrante de la UNPACU y Cuba Decide, denuncia que este jueves recibió una llamada telefónica de parte de un recluso que le informó que a su hijo le habrían hecho una requisa para ocuparle sus medicamentos. Además, le estarían negando la dieta que los médicos le indicaron.
Frómeta Allien cumple su segunda sanción impuesta por motivos políticos en la prisión Kilo 8, en Camagüey, a pesar de que reside en Guantánamo. “Su traslado a Camagüey es parte de los mecanismos represivos que utiliza el régimen contra los presos políticos”, asegura su madre.
Ana Belkis Ferrer también llamó la atención sobre el caso de la presa política Aymara Nieto Muñoz, miembro de la UNPACU, promotora de Cuba e integrante de las Damas de Blanco.
Nieto, que recientemente fue devuelta a la prisión El Guatao, ubicada en la capital, luego de estar por más dos años encarcelada en la cárcel de mujeres de Las Tunas, padece serios problemas de hipertensión arterial y se encuentra sin atención médica.
“Le dijeron cínicamente que debía acudir a su médico de familia. Es una burla, una ridiculez, una barbaridad decirle semejante cosa a una mujer en semejante situación”, dijo a CubaNet Ana Belkis Ferrer.
Nieto, de 45 años y madre de dos niñas menores de edad, cumple una sentencia de cinco años y cuatro meses de prisión por el supuesto delito de “desórdenes en los establecimientos penitenciarios o centros de reeducación”.
Su esposo, Ismael Boris, coordinador de la UNPACU en La Habana, asegura que se trata de “un invento” de la Policía política para mantener a Nieto tras las rejas.
Durante su cautiverio, la presa política ha sufrido aislamiento y prohibición de llamadas telefónicas y contacto con sus familiares.