El Gobierno provisional cubano tendrá que afrontar un desafío significativo tras la eventual muerte de Fidel Castro: captar a ‘una juventud que no se identifica con la Revolución ni la entiende’, dijo a Efe el analista estadounidense Brian Latell.

‘Una mayoría abrumadora de jóvenes cubanos es ‘apática políticamente’, no tiene ‘memoria de nada’, y esto es algo que atemoriza al líder provisional de Cuba, Raúl Castro, y la cúpula en el poder, apuntó Latell.

Latell y otros expertos participaron en un foro sobre el futuro de Cuba celebrado el pasado jueves en el Instituto de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami (UM).

‘Tienen miedo de las actitudes de los jóvenes en la isla’, insistió Latell.

La cuestión de fondo es saber hasta dónde ‘va a aguantar’ la juventud cubana ‘una dictadura’ imbricada en una ‘sucesión en el poder’ que no va a procurar más que ‘cambios cosméticos’ en Cuba, se preguntó Andy Gómez, asistente del rector de la UM.

En ese sentido, Jaime Schulicki, profesor del mismo Instituto, expresó su convencimiento de que en el futuro inmediato de Cuba, una vez desaparecido Fidel, no se vislumbra ‘ningún cambio político ni económico estructural’.

‘Habrá quizá más comida y bienes de consumo’ en la isla, puntualizó Schulicki, pero es previsible, agregó, la ‘continuidad’ de un régimen definido por el ‘estancamiento político y económico’ y un aumento de la ‘represión de la población’.

De ahí que, ‘a corto plazo’, triunfará la ‘línea dura’ que representa Ramiro Valdés, apostilló Schulicki.

Valdés es uno de los ‘históricos’ de la revolución y nuevo ministro de la Informática y Comunicaciones de Cuba.

Apuntó como un ‘peligro enorme’ la posibilidad de que se produzca ‘en cualquier momento’ un éxodo masivo de cubanos hacia las costas de EEUU o incluso a la base estadounidense de Guantánamo (Cuba).

Una migración masiva y temida por Raúl Castro, ya que podría suponer la salida de la isla de más de 500.000 cubanos, algo que no sólo preocupa enormemente a EEUU, sino que también ‘desestabilizaría al Gobierno de Raúl Castro’, dijo Schulicki.

A juicio de Latell, en los cálculos de Raúl figuran dos prioridades: en primer lugar, ‘mantener el orden y consolidar los logros conseguidos’; después, ‘estimular la eficacia de la productividad y la economía’, hoy desplomada.

Por ello, y contrario a los criterios de Schulicki, Latell sí cree que ‘se van a producir cambios estructurales en la economía cubana’, aunque en el plano político no son previsibles ‘ni a corto ni a medio plazo’.

Raúl y el vicepresidente cubano, Carlos Lage, entienden que es ‘totalmente necesario descentralizar y abrir la economía’, sostuvo Latell, quien vaticinó que, será tras la muerte de Fidel Castro cuando se efectúen ‘cambios estructurales’ que posibilitarán la aparición del ‘sector privado, la microempresa’.

Por otra parte, pese a que ‘la nomenclatura cubana no tiene respeto’ por el presidente venezolano, Hugo Chávez, la economía de la isla se desplomaría en 17 días si Venezuela cortase hoy el suministro de petróleo subvencionado a la isla, señaló el economista Jorge Piñón.

Añadió Piñón que, no obstante, la economía cubana está en mejor situación que en el pasado, con unos ingresos anuales en el 2005 por turismo de 2.000 millones de dólares y líneas de crédito muy favorables facilitadas por Venezuela, China, Irán y Rusia.

Además, la economía se ha visto favorecida por los precios del níquel y del azúcar, una serie de factores que debilitan ‘el impacto del embargo económico’ y comercial impuesto por EEUU a la isla desde comienzos de la década 1960′, indicó Piñón.

Se trata de razones económicas de suficiente peso como para que Raúl Castro ‘no se plantee negociar con Estados Unidos’, sostuvo Schulicki.

Este experto estableció tres premisas que se cumplirán los diez primeros días después a la muerte de Fidel Castro.

En primer lugar, señaló, se establecerá un férreo control de los disidentes y ‘nos se les permitirá salir’; después, ‘se producirá un despliegue militar’ y, finalmente, ‘se realizará un funeral masivo y musical’.

Autor: CubaMatinal