El prisionero político Ángel Moya Acosta denunció en una carta dirigida a su esposa Berta Soler, Dama de Blanco, la conducta agresiva entre los reclusos del cuarto piso norte de la unidad No. 1 de la prisión Combinado del Este, en Ciudad de La Habana.

Moya Acosta exigió ser trasladado a una celda del área especial de seguridad de la prisión en solidaridad con sus hermanos de lucha por la democracia Lázaro García Farat y Fidel Rangel Sánchez, quienes protestaron junto a él, a viva voz, por los abusos de los carceleros. Las celdas del área en cuestión son oscuras, mal ventiladas, sin agua, mal olientes, plagadas de insectos, afirma en su carta Moya Acosta.

Responsabiliza a los carceleros jefes de la unidad número 1 por no solucionar los problemas que afectan la vida de los reclusos allí confinados y que originan el aumento de las conductas agresivas entre ellos.

Ante las reiteradas protestas de Ángel Moya Acosta, uno de los carceleros lo amenazó con sacarle los dientes a golpes y que presos comunes podrían herirlo en el rostro. Moya Acosta responsabiliza al gobierno cubano por lo que pueda ocurrirle.

La carta de Moya Acosta es una reafirmación de las inhumanas condiciones de vida que padecen los presos políticos en Cuba.