Las firmas fueron recogidas en todo el país por mujeres de la FLAMUR durante el último año, en el marco de la campaña ‘Por la misma moneda. Nuestra moneda tiene un precio’, presentada el pasado diciembre, explicó Yosvani Anzardo, portavoz de la Federación.

‘No se trata de una acción política sino social’, apuntó Anzardo, quien puntualizó que el objetivo es ‘establecer una misma moneda, con suficiente valor de cambio para satisfacer las necesidades del cubano y que sea con la que se le pague al cubano normalmente’.

En Cuba conviven el peso cubano, devaluado y utilizado para el pago de los salarios, y el peso cubano convertible (CUC), con el que se pueden realizar la mayoría de las operaciones en el país, equivalente a 1,08 dólares estadounidenses.

‘Queremos una nueva moneda, no importa que sea el CUC o cual sea, que se nos respete, que se acabe el apartheid económico que existe en nuestro país’, afirmó María Antonia Hidalgo, vicepresidenta de la FLAMUR.

Hidalgo agregó que esperan una ‘respuesta positiva’ del Gobierno cubano porque ‘la campaña la desea todo el pueblo, que está pidiendo a gritos que se nos escuche, tenemos que ir adelante y dar un paso al frente las mujeres de la zona rural porque nuestra voz también tiene que estar presente en estos momentos’.

Según las leyes cubanas, los ciudadanos pueden presentar propuestas legislativas en el Parlamento avaladas por al menos 10.000 firmas.

En 2002, el opositor cubano Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), entregó en el Parlamento 11.000 firmas avalando el Proyecto Varela, una iniciativa de reformas constitucionales que planteaba, entre otras, un referéndum en la isla, y que posteriormente fue respaldado por 15.000 firmas más.

El Gobierno cubano respondió con un referéndum por el que se declaró ‘irrevocable’ el carácter socialista de la revolución.

Autor: EFE