Políticos, intelectuales y opositores al régimen cubano discreparon hoy en torno a las perspectivas de un cambio hacia la democracia en el país caribeño, en el marco del V Foro Atlántico, organizado por la ´Fundación Iberoamérica Europa´ bajo el patrocinio del escritor Mario Vargas Llosa.

Todos coinciden en que la transición está cada vez más cerca y en que, la muerte del líder de la revolución Fidel Castro, marcará un antes y un después en el país.

No están de acuerdo, sin embargo, en las posibilidades que se abren en ese momento o en las decisiones que el actual dirigente cubano, Raúl Castro, podría adoptar.

«Hay una cosa que nos une por encima de las discrepancias: la situación de Cuba no puede continuar como hasta ahora. Es inaceptable desde el punto de vista moral, político, humano», señaló Vargas Llosa en la apertura de este foro, celebrado en la sede del museo Caixa Forum de Madrid bajo el lema «Cuba, de la dictadura a la democracia».

El escritor peruano fue muy crítico con la reciente decisión de la Unión Europea (UE) de levantar las sanciones al régimen cubano porque, en su opinión, «no se aplaca a los tigres echándoles corderos» o con gestos que pueden se percibidos como de debilidad.

Entre los opositores al régimen que participaron en este evento, el periodista y escritor, Carlos Alberto Montaner, hizo hincapié en la importancia que tendrá Estados Unidos a la hora de que se produzca un cambio en la isla.

«Lo que le conviene a Estados Unidos que suceda en Cuba es que se produzca una transición ordenada y pacífica hacia la democracia y que la isla genere suficiente riqueza para sostener a sus habitantes sin que tengan que recurrir a la emigración», dijo.

Lo que está muy claro, a su juicio, es que Fidel Castro «no conseguirá tras su muerte la supervivencia de su régimen comunista dedicado a la lucha internacional contra Estados Unidos» y su hermano Raúl «fracasará en su intento de crear un mecanismo estable para transferir la autoridad».

Llegará un día en que «se verán obligados a afrontar el inapelable desmantelamiento de un sistema disparatado en el que ya nadie cree, ni siquiera en el circulo de poder», y será entonces cuando el Gobierno tenga que decidir entre abrir el juego democrático o mantener el poder por la fuerza.

«Esperemos que al menos por una vez los cubanos actuemos razonablemente», concluyó.

Como ejemplo, la presidenta de la Federación de Asociaciones Cubanas, Elena Larrinaga, puso el caso de España, donde se produjo un proceso de transición «como mínimo, admirable» porque se consiguió desmontar, con la participación de todos los actores, un sistema personalista y crear una democracia.

También tomó la palabra Blanca Reyes, la fundadora de las ´Damas de Blanco´, quien alertó de la «peligrosa escalada represiva que se ve en el horizonte» y que, según sus palabras, podría tener una magnitud «igual o superior a la vivida durante la ´Primavera Negra´ de 2003».

Fue entonces cuando las autoridades cubanas arrestaron y encarcelaron a 75 disidentes, y les acusaron de conspirar con Estados Unidos, atentar contra la independencia del Estado y socavar los principios de la revolución.

El ex preso político y ex dirigente de la Unión Sindicalista Cubana, Pedro Pablo Álvarez Ramos, recordó que de esas 75 personas «aún hoy 55 permanecen en cárceles cubanas en condiciones infrahumanas».

Teniendo eso en cuenta, «¿de qué cambio se puede hablar en Cuba?» cuando hay gente encarcelada por defender y reclamar derechos fundamentales, se preguntó.

Representantes de los principales partidos políticos en España, del Gobierno madrileño, y escritores de la talla de Zoé Valdés y Rosa Montero también asistieron a esta cita.

La ONG Solidaridad Española con Cuba también participó en el foro para presentar el libro «Enterrados Vivos» del preso de conciencia cubano, Héctor Maseda Gutiérrez, en el que relata las condiciones infrahumanas que padecen los presos de este tipo en las cárceles cubanas.