El Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha escogido como presidente al funcionario cubano Miguel Alfonso Martínez. Es increíble que una organización que vela por el respeto a las libertades y los derechos humanos tenga en su cúpula a representantes de dictaduras que violan esos derechos.

Los pueblos que sufren el yugo de las dictaduras que los gobiernan no merecen ser aislados. Pero tampoco merecen que premien a sus dirigentes. Legitimar a los dirigentes totalitarios es negarles a sus ciudadanos el derecho a tener un gobierno democrático.