El Gobierno ha concedido el estatuto de refugiado político en España al disidente anticastrista José Gabriel Ramón Castillo, uno de los cuatro presos políticos cubanos que fueron expulsados a nuestro país por las autoridades de La Habana el pasado 16 de febrero.

Junto a Ramón Castillo han obtenido asilo político su esposa Blanca Rosa Hechavarría, y la hija de ésta, Karina, que llegaron a Madrid con él.

José Gabriel Ramón Castillo, periodista independiente, de 50 años de edad y luchador contra la dictadura castrista, se encontraba preso en Cuba desde que fue detenido en la llamada «Primavera negra» de 2003, dentro del «Grupo de los 75» que reclamaba cambios democratizadores en la isla. Cuando fue excarcelado padecía diabetes, cirrosis, hipertensión y úlceras estomacales.

Como él, otros tres disidentes presos -Pedro Pablo Álvarez, Alejandro González Raga y Omar Pernet-, todos, igualmente con problemas de salud, obtuvieron del régimen castrista la licencia extrapenal con la condición de que abandonaran Cuba con destino a España. La decisión fue adoptada después de que el Gobierno español, a través del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, intensificara su política de acercamiento a las autoridades de La Habana y realizara gestiones concretas para pedir la puesta en libertad de los presos de conciencia en las cárceles cubanas.

Ramón Castillo fue el único de los cuatro que decidió solicitar el estatuto de refugiado político y lo hizo efectivo el 10 de abril. La resolución en la que se aceptaba su demanda le fue notificada el pasado 25 de agosto, aunque no se ha conocido hasta ahora.

Seguridad

El periodista, en conversación con ABC, expresó ayer su satisfacción por la concesión del asilo político para él y su familia, con la que reside en la localidad madrileña de Móstoles. «La decisión -dijo- me da una tremenda tranquilidad, porque supone que cuento con la protección del Gobierno español. Yo hasta ahora no estaba seguro y, además, no podía regresar a Cuba porque sé que si lo hacia podían retirarme la licencia extrapenal, detenerme otra vez y enviarme de nuevo a prisión».

Ramón Castillo agradece que se le haya concedido el asilo, lo mismo que agradeció las gestiones del Gobierno español para obtener su liberación, a pesar de que no ha ocultado sus críticas al ministro de Exteriores por su política en favor de la supresión de las medidas adoptadas por la Unión Europea contra la dictadura castrista a raíz de las detenciones de 2003.

Hacía bastantes años que España no concedía el estatuto de refugiado político a un disidente cubano, algo que se produjo con cierta frecuencia en la década de los noventa. En febrero, las autoridades españolas rechazaron la petición de asilo presentada por Lorenzo Menéndez, que era el número dos de la Embajada cubana en Mozambique, aduciendo que no le correspondía a España decidir sobre esa demanda, porque antes antes de llegar a nuestro país había pasado por Francia.

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Autor: Luis Ayllón (publicado en ABC)