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La presidente argentina Cristina Fernández llegó ayer domingo a Cuba para una visita oficial de tres días, prevista originalmente para la semana anterior pero que postergó por problemas de salud.

Al filo de las 6.30 horas, Fernández bajó de la escalerilla del avión, vestida con un traje pantalón color carmelita y anteojos de sol. Fue recibida por el canciller cubano Felipe Pérez Roque. La mandataria subió inmediatamente a un carro negro, sin hacer declaraciones a la prensa.

Con su visita, Fernández responde a una invitación del presidente cubano Raúl Castro.

La visita “contribuirá a estrechar los lazos de amistad y cooperación que caracterizan las relaciones entre los gobiernos y pueblos de ambas naciones”, dijo el diario local Juventud Rebelde en su edición dominical.

La agenda oficial no mencionaba ninguna actividad para ayer domingo. Las jornadas de trabajo iniciarán hoy lunes por la mañana, con la colocación de una ofrenda floral en la Plaza de la Revolución.

En la tarde de hoy se hará el recibimiento oficial, seguido por conversaciones entre los presidentes Castro y Fernández.

Mañana martes, Fernández se entrevistará con Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, y después participará en un seminario con empresarios de ambos países.

Ni la parte argentina ni la cubana mencionaron si Fernández hablará con los responsables de la isla sobre el caso de la médica cubana Hilda Molina, quien desde hace años reclama poder salir de la isla para poder visitar a su hijo radicado en Buenos Aires.

El ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la actual mandataria, hizo gestiones a favor de Molina ante el entonces presidente Fidel Castro, pero nunca prosperaron.

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Autor: Impre-AP/SEC