Los huelguistas de Placetas.
Mientras presidentes y otros representantes de naciones democráticas vienen a nuestra patria esclavizada a posar junto al nuevo monarca y en ocasiones también junto al déspota convaleciente, los huelguistas de Placetas, Villa Clara, reclaman con firmeza y valor el respeto a los derechos elementales. Derechos Humanos que son pisoteados por la dictadura castro-comunista.
Mientras gobernantes electos en procesos libres y plurales, y otras personalidades que viven en países donde se respetan las libertades fundamentales, vienen a nuestra oprimida nación a premiar, alabar y a reírle las gracias a las principales figuras de un régimen totalitario con medio siglo de existencia, Antúnez, su esposa Iris Pérez Aguilera, y demás hermanos en huelga de hambre, con coraje y decoro, ponen en riesgo sus vidas en un noble y justo reclamo.
Mientras unos fingen no ver por mezquinos intereses lo que en realidad está pasando en nuestro país y dentro de sus muchísimas prisiones; mientras otros admiran y hasta envidian a un longevo y cruel tirano, estos hermanos dan una conmovedora muestra de amor y desinterés.
Mientras unos sufren cayados la falta de derechos y las penurias en que el régimen les hace vivir; mientras otros evaden el compromiso que la patria les exige, esta Mariana y estos Maceos, armados de la razón y la verdad, enfrentan con dignidad a la jauría de la dictadura.
Cuando la crueldad es extrema, el deber exige extremos sacrificios.
Los huelguistas de Placetas hacen sentir impotentes a los tiranos y frustrados a sus satélites. Ellos hacen repiquetear las campanas de la moral en los oídos de los tibios, temerosos y acomodados que se autojustifican.
Los huelguistas de Placetas reclaman derechos de todo un pueblo, con su altruista proceder desenmascaran la mentira y demuestran que sí se puede luchar por la verdad. Por eso merecen el apoyo, la solidaridad y el reconocimiento de todo cubano honrado, de toda persona honesta.
De lo que pueda sucederle a estos hermanos, la dictadura castrista sería la principal responsable, por su intransigencia, por su contumacia, pero no sólo el régimen sería culpable, sino también todo el que se muestra indiferente ante las violaciones, ante las injusticias por las que ellos están protestando. Todo el que menosprecie el valor de su justo reclamo.
Nuestros corazones están con ellos en momentos tan difíciles como los que están enfrentando. Nuestro abrazo fraterno a ellos y que Dios les bendiga.
José Daniel Ferrer García, de 38 años de edad, fue condenado a 25 años de cárcel en el Grupo de los 75 en marzo de 2003 y declarado Prisionero de conciencia por Amnistía Internacional. Es miembro del Movimiento Cristiano Liberación y gestor del Proyecto Varela. Su familia reside en Loma Blanca, Palmarito de Cauto, Palma Soriano, Santiago de Cuba.
En colaboración con el Centro de Información del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba
Autor: José Daniel Ferrer García (prisionero de conciencia)-Payolibre