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La Unión Europea comienza esta semana el examen de sus relaciones con Cuba y de la efectividad del diálogo político con las autoridades de la isla, con el fin de decidir si renueva la suspensión de las sanciones diplomáticas a La Habana, levantadas hace un año a cambio de mejoras en derechos humanos.

Tanto el Comité Político y de Seguridad de la Unión Europea (COPS) como el Comité de representantes permanentes ante la UE (Coreper) examinarán las relaciones con La Habana, antes de que el Consejo de Ministros de Exteriores se pronuncie el próximo lunes en Luxemburgo sobre si mantiene suspendidas las sanciones.

Cada año en junio los países europeos deben volver a evaluar su relación con Cuba, tal y como prevé la ‘posición común’ de 1996, el documento que rige la política europea hacia la isla y que las autoridades cubanas siguen considerando un obstáculo para normalizar sus relaciones.

Aparte, la UE aprobó en 2003 sanciones diplomáticas contra el régimen comunista cubano, a raíz de las condenas de hasta 28 años de cárcel impuestas a 75 opositores.

Estas ‘medidas’, según la decisión comunitaria, limitaron las visitas gubernamentales de alto nivel, redujeron la importancia de la participación de los países de la UE en las manifestaciones culturales cubanas y estrecharon los lazos con los disidentes.

En 2005, la Unión decidió, en un gesto de buena voluntad hacia Cuba, suspender la aplicación de las sanciones, pero no las suprimió.

El pasado junio, a propuesta de España, el Consejo de la UE decidió levantar las medidas ‘para facilitar el proceso de diálogo político’, aunque agregó que un año después procedería a evaluar en especial ‘la eficacia’ de ese proceso.

Así pues, el Consejo deberá decidir si prosigue el diálogo político con Cuba a la luz de los progresos en materia de derechos humanos.

En ese contexto, los países europeos pidieron en junio pasado la liberación incondicional de todos los presos políticos, incluidos los que fueron detenidos y condenados en 2003.

También solicitaron que el Gobierno cubano facilitase el acceso de las organizaciones humanitarias internacionales a las prisiones cubanas, y que ratificase el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Como consecuencia al levantamiento de las sanciones, la Unión Europea y La Habana retomaron el diálogo político y la cooperación el pasado mes de octubre, aunque aún no han llegado a ‘normalizar’ sus vínculos.

En una reunión con la ‘troika’ de la UE celebrada en Bruselas el mes pasado, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró que Cuba ‘está dispuesta’ a normalizar las relaciones con la UE, pero precisó que la ‘postura común’, que calificó de ‘obsoleta’ o ‘unilateral’, constituye un ‘escollo’ en ese proceso.

Por su parte, el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, manifestó su esperanza de que, a través del diálogo político, se pueda poner fin o modificar ese texto.

La ‘posición común’ fue promovida por el Gobierno español de José María Aznar en 1996 y fijó como objetivo de la UE la promoción de la democracia y el respeto de los derechos humanos, algo que el entonces presidente cubano, Fidel Castro, consideró una injerencia intolerable dictada por Estados Unidos.

Enlaces: Solidaridad Española con Cuba

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Autor: ADN/EFE