Mientras escribía un artículo sobre varios actos repudiados en el pasado, recibí una llamada de Ezequiel Morales Carmenate, uno de los líderes del Movimiento Cristiano Liberación en Las Tunas y Holguín. Estaba reunido con varios miembros del Colegio de Pedagogos Independientes en la ciudad de Banes en casa de William y Kenia, el matrimonio Maturell, para explicar la segunda etapa del Diálogo que comenzamos en enero. Estaba leyendo el documento “Unidos en la Esperanza”, fruto de la primera etapa del Diálogo de 2009.

El edificio en el que se encontraban estaba rodeado por agentes de la Seguridad del Estado y de la policía que ponían el sello oficial a la turba armada con garrotes, piedras e inclusive instrumentos macizos en forma de número 7 que usa la policía.

La semana anterior Ezequiel había sido detenido y la familia Maturell, con otros activistas, fueron por la calle principal de Banes hasta la unidad de policía protestando por la liberación de nuestro compañero. Finalmente Ezequiel fue llevado por la policía a 70 kilómetros de distancia a las 10.50 de la noche y «liberado» en un lugar muy apartado.

Este viernes 10 de julio, los cuerpos represivos y el Partido Comunista desbordaron terror al estilo fascista y comunista de sus peores tiempos, si no son estos sus peores tiempos.

Hasta bien entrada la madrugada estuvo asediada esa familia y los activistas que allí estaban. Según me contaron por teléfono mientras ocurría este «acto de repudio», en las manos de algunos de los «combatientes» que acosaban el edificio se podían observar vasos y botellas, además de garrotes y piedras con los que amenazaban a los pacíficos activistas.

Este acto represivo muestra la irritación derivada tan sólo por una reunión con Ezequiel Morales para hablar del diálogo 2009. Este carnaval de terror con alcohol amainó con la llegada del amanecer. En la madrugada Ezequiel Morales logró salir de la casa y a través de los matorrales se perdió con rumbo desconocido.

Autor: Oswaldo José Payá Sardiñas