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El gesto de relevar a Miguel Ángel Moratinos por Trinidad Jiménez en el Ministerio de Exteriores «es una señal» de que el Gobierno español no espera que la Unión Europea decida este lunes suavizar su política hacia Cuba. Al menos así lo considera Alejandro González Raga, ex preso político cubano del «Grupo de los 75» desterrado en España.«Serían muy crueles con Moratinos si pensaran que van a ganar y no le dejaran disfrutar de su triunfo», ironiza.

La concesión del premio Sajarov al disidente Guillermo «Coco» Fariñas se ve como otro signo del apoyo en Europa a la democracia y la libertad en Cuba. «Es un espaldarazo» a la democracia en la isla, un mensaje claro de que saben que en Cuba hay un hombre que lucha por los derechos humanos y al que todos los que hemos sido exiliados le estamos muy agradecidos por el sacrificio que hizo”, señala Ricardo González Alfonso, otro de los presos de conciencia exiliado en España.

El propio Fariñas reclamaba el día en que le concedían el premio que no se levante la posición común que mantiene la UE desde 1996 y que supedita el diálogo político a que se produzcan avances democráticos y de derechos humanos, al tiempo que defiende el diálogo con la disidencia y pide la liberación de los presos políticos. «No se han producido avances en la democratización y el respeto a los derechos humanos», argumentaba. A juicio del psicólogo y periodista, que pasó 135 días en huelga de hambre para reclamar la libertad de los presos políticos, el régimen castrista «juega a mejorar su imagen» con las últimas excarcelaciones y recuerda que las leyes siguen intactas, por lo que el presidente cubano, Raúl Castro, puede ordenar nuevas oleadas represivas.

Otro premio Sajarov, Oswaldo Payá, también cree que la situación en Cuba no ha cambiado y por ese motivo hizo llegar un mensaje al Parlamento Europeo para que éste mantenga la posición común.

Trece «rehenes»
Un ejemplo de que los derechos humanos siguen siendo una asignatura pendiente lo personifican los trece de los presos políticos del «Grupo de los 75» encarcelados en 2003, que continúan en prisión por haber rechazado su exilio. Desde la disidencia no se entiende este retraso en cumplir el compromiso adquirido por el régimen castrista con la Iglesia católica cubana y el Gobierno español, si no es porque el régimen castrista se está dando tiempo para presionarles y lograr que acepten salir del país. Así lo considera Óscar Espinosa Chepe, quien revela que también los que viven en Cuba con una licencia extrapenal están siendo presionados para irse. «Quieren que todos nos marchemos del país, pero nosotros no somos el problema. Es este sistema el que no funciona», añade el ex preso del grupo.

La periodista Licet Zamora afirma que entre la disidencia en la isla circula el temor a que los trece presos no salgan de prisión. «Se piensa que fue un trato personal hecho con Moratinos y que el Gobierno cubano aprovechará el relevo en el ministerio para detener o demorar su excarcelación». A este miedo no quieren darle crédito otros disidentes para quienes el régimen cubano no se atrevería, por el descrédito que supondría a su imagen.

El Gobierno cubano ha utilizado las excarcelaciones para mostrarse más aperturista e intentar lograr así que la UE suavice la firmeza que se ha tenido con la isla desde que se aprobara la posición común a instancias del entonces presidente español José María Aznar. «El Gobierno de los Castro ha sido el gran ganador», asegura Elizardo Sánchez, portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), para quien estos pasos son «tímidos y de poco calado» y «han tenido un costo humano muy alto», por lo que supone el destierro. Sánchez subraya además que el régimen castrista está haciendo su «selección» entre los prisioneros y ahora libera a presos que no son de conciencia y en cambio «mantiene en prisión como si fueran rehenes a trece del «grupo de los 75».

Con el Gobierno español lo ha logrado. José Luis Rodríguez Zapatero ha afirmado en varias ocasiones que las liberaciones de presos cubanos son un factor «positivo» que debe llevar a la UE a reflexionar sobre su política hacia Cuba y con este mensaje acudirá Trinidad Jiménez a Luxemburgo. Pero el Ejecutivo español necesita el apoyo unánime de todos los Estados miembros europeos para sacar adelante la proposición española presentada por Moratinos, quien hace pocos días envió una carta a sus colegas europeos para que ablandaran sus posturas, convencido de que los cambios en Cuba son irreversibles.

Debut de Trinidad Jiménez
El Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea en Luxemburgo será la primera prueba de fuego para la ministra que ha sido recibida con expectación y reservada esperanza por los disidentes cubanos. «Lamentablemente Moratinos ignoró a los luchadores cubanos por la democracia, esperamos que Trinidad Jiménez rectifique y se reúna con nosotros y nos escuche, que tenga una relación normal como la hubo durante los anteriores gobiernos de Aznar y Felipe González», señala Espinosa Chepe.

Elizardo Sánchez le pide a Jiménez que «se informe más sobre la realidad cubana y se dé cuenta de que el tema de los derechos humanos no se agota con las excarcelaciones. El Gobierno cubano se sustenta en la explotación y sigue violando los derechos humanos de once millones de cubanos, sobre todo de la clase obrera». Los trece presos de conciencia aún siguen en la cárcel.

Enlaces: Las Damas de Blanco

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Autor: ABC.es