El Nuevo Herald
Representado por una silla vacía cubierta con una bandera cubana, pero denunciando firmemente los abusos del gobierno cubano en un mensaje grabado, el disidente Guillermo Fariñas fue galardonado el miércoles con el Premio Sajarov.

La negativa de La Habana de permitirle asistir a la ceremonia de premiación en Francia ‘es el testimonio más fehaciente de que por infortunio nada ha cambiado en el [. . .] régimen neoestalinista cubano’, indicó Fariñas en el mensaje.

‘Ojalá Dios no permita que suceda una innecesaria guerra civil entre cubanos, por la ofuscación de no aceptar que el socialismo de Estado ha fracasado como modelo político’, añadió el siquiatra de 48 años.

El premio, que conlleva $60,000, fue depositado en una silla vacía cubierta con una bandera cubana durante la ceremonia en el Parlamento Europeo, en la ciudad francesa de Estrasburgo.

La silla vacía recordaba otra, usada la semana pasada para depositar el Premio Nobel de la Paz dado al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo durante la ceremonia en Noruega.

Fariñas indicó que sus teléfonos sonaron incesantemente el miércoles con felicitaciones de Cuba y del extranjero, pero insistió en que el premio era un reconocimiento para todos los opositores en la isla.

‘Creo que es un día importante para la libertad de Cuba, porque lo que fue galardonado fue la rebeldía del pueblo cubano durante 50 años de dictadura comunista’, afirmó Fariñas a El Nuevo Herald desde su casa en la ciudad central de Santa Clara.

En su vehemente mensaje a la ceremonia de premiación, apremió a la Unión Europea (UE) a mantener la ‘posición común’ que condiciona las relaciones con Cuba a mejoras en los derechos humanos.

‘La aspiración de Cuba, aparentando supuestos cambios económicos, es que la Unión y el Parlamento Europeo levanten la posición común, y beneficiarse de los créditos e inversiones’, indicó Fariñas.

‘Mi mayor esperanza es que no se dejen engañar por los cantos de sirena de un cruel régimen de comunismo salvaje’, añadió, en una aguda referencia a los tradicionales ataques del gobierno cubano contra el ‘capitalismo salvaje’.

En su mensaje grabado, Fariñas también pidió una serie de cambios en Cuba, que según comentó a El Nuevo Herald, han sido discutidos con otros disidentes y podrían constituir la base de un nuevo movimiento unido de oposición.

Ellos incluyen la liberación de todos los prisioneros políticos, la legalización de partidos políticos, sindicatos y medios de prensa, el cese del acoso contra los disidentes, la eliminación de todas las leyes que violan los derechos humanos y un acuerdo para que los cubanos que viven en el extranjero puedan participar en los asuntos de la isla.

P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado, elogió a Fariñas ‘por su fortaleza y coraje excepcionales en defender la libertad de expresión, la democracia y los derechos humanos en Cuba’.

Amnistía Internacional declaró que la negativa de La Habana a dejar salir a Fariñas para que reciba el premio en persona ‘es un castigo innecesario, impuesto por ejercer su legítimo derecho a la libertad de expresión’.

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Autor: El Nuevo Herald