El País
Las causas del accidente de tráfico en el que murió el opositor cubano Oswaldo Payá fueron el exceso de velocidad y otros errores del conductor del vehículo, el joven español Ángel Carromero, según un informe del Ministerio del Interior de Cuba divulgado el pasado viernes.

‘Fueron su falta de atención al control del vehículo, el exceso de velocidad y la incorrecta decisión de aplicar los frenos de manera abrupta en una superficie resbaladiza las causas que determinaron este trágico accidente que costó la vida a dos seres humanos’, detalla el texto, que recoge la evaluación del equipo encargado de la investigación oficial sobre el suceso.

La investigación sobre el accidente continúa y también el proceso de ‘instrucción penal’, aunque la nota oficial no indica si se han presentado cargos o acusación formal contra Ángel Carromero, vicesecretario de Nuevas Generaciones (NN GG) en Madrid, que permanece desde el lunes retenido en dependencias policiales de Bayamo, a unos 850 kilómetros al este de La Habana.

El accidente en el que murieron Payá, de 60 años y líder del Movimiento Cristiano Liberación, y el también cubano Harold Cepero, miembro de ese grupo, ocurrió el domingo 22 de julio en las cercanías de la ciudad oriental de Bayamo (a más de 750 kilómetros al este de La Habana).

Ambos viajaban en un coche de alquiler junto a Carromero, un dirigente local de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid, y el joven Jens Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil Cristianodemócrata (KDU) de Suecia. La nota no menciona en ningún momento la filiación política de Carromero, dirigente de NN GG del Partido Popular (PP) de Madrid, ni de Jens Aron Modig, líder de las Juventudes Democristianas de Suecia. Tampoco precisa que Payá y Cepero eran opositores al Gobierno.

Tras salir los cuatro a las 6.00 hora local de La Habana, el siniestro se produjo a las 13.50 hora local en la provincia de Granma, a casi 800 kilómetros al este de la capital cubana, en un tramo de carretera en reparación pero señalizada al efecto. Según las autoridades cubanas, esa parte de la carretera no está pavimentada lo que la convierte en un ‘terraplén con abundante gravilla, por tanto muy resbaladizo’.

En este tipo de casos la velocidad máxima permitida en Cuba es de 60 kilómetros por hora. El informe apunta a que el vehículo siniestrado circulaba a un promedio más de 120 en su recorrido desde de La Habana y testigos presenciales del suceso declararon que entró en ese tramo a gran velocidad.

Uno de los peritos del lugar de los hechos sostiene que el conductor frenó de forma abrupta en el tramo, perdió el control del vehículo y éste giró del costado izquierdo durante 63 metros, con la parte frontal hacia la cuneta, hasta impactar con un árbol al lado derecho de la carretera.

La televisión cubana, que leyó el sábado pasado en su noticiero la extensa nota del Ministerio del Interior, ofreció también imágenes del automóvil tras el impacto donde se puede ver una gran abolladura en el lateral izquierdo trasero.

Precisamente en los asientos traseros viajaban Payá, que murió en el acto por traumatismo craneoencefálico, y el cubano Harold Cepero que falleció poco después en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo de un tromboembolismo pulmonar derivado de una fractura de su fémur. Ninguno de los dos llevaba puesto el cinturón de seguridad.

Carromero —que al igual que el sueco Jens Aron Modig resultó herido leve— declaró al órgano de instrucción que no recordaba haber visto la señal de obras en la carretera y que no podía precisar a qué velocidad iba pero intentó disminuirla frenando cuando se percató de que circulaba sobre grava.

Modig, por su parte, estaba dormitando cuando sintió el frenazo y el desplazamiento lateral del vehículo y luego perdió la conciencia, de acuerdo a su declaración. Ambos jóvenes permanecen retenidos en Cuba: el español en dependencias policiales de Bayamo y el sueco en La Habana custodiado por autoridades migratorias.

En Bayamo se encuentran también dos altos cargos del consulado y la embajada española para ofrecer asistencia a Carromero, a quien no han podido ver desde el pasado lunes a pesar de haberlo solicitado durante toda la semana.

El código penal cubano establece en su artículo 177 que ‘el conductor de un vehículo que, infringiendo las leyes o reglamentos del tránsito, cause la muerte a una persona, incurre en sanción de privación de libertad de uno a diez años’.

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Autor: El País