Las sombras que no pasan
Recientemente se le rindió homenaje público a un ciudadano ejemplar, al poeta y ex prisionero político cubano Ángel Cuadra Landrove, un intelectual comprometido con la libertad, que nunca hizo concesiones a quienes la conculcan.
En tiempos en los que vemos a creadores en general, incluido artistas, que no defienden a los oprimidos para evitar convertirse en objetivo de los depredadores, o, simplemente para no perder audiencia, es más que necesario rendirle tributo a quienes arriesgan su vida y terminan en prisión por 15 años, como le ocurrió a Cuadra, a quien Amnistía Internacional, nombró «el prisionero de conciencia del mundo» en el año 1981, el Pen de Suecia lo acogió como miembro de honor y fuera designado presidente del II Congreso de Intelectuales por la Liberación de Cuba.
Creadores como él son ejemplos que debemos divulgar. Son pilares de cualquier propuesta que tenga como divisa fundamental: libertad, democracia y respeto a la dignidad humana.
No hay nación sin traidores, tampoco a las que le falten ciudadanos dispuesto a dar su vida por la libertad, José Martí, lo dijo, «…otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.»
Los cumplidos a quienes cumplen con su país son cardinales. Las obras de vida de quienes se han sacrificado, nunca deben ser olvidadas, contrario al título de un libro que leí hace más de cincuenta años, «La Sombra que pasa» de Martell Spencer, dedicado a Francisco de Orellana, descubridor y explorador del Amazonas, considero, que quienes se sacrifican a favor del progreso y más aun de la libertad, nunca serán sombras, sino luces que guían y aconsejan, paradigmas de quienes comparten sus propuestas.
Quienes se consagran a una causa no pueden ser oscuridad, sino una presencia cierta entre quienes amen la Justicia y la Libertad por encima de cualquier otra particularidad. Personalidades como los cubanos, Ángel Cuadra y Jorge Valls Arango, el nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro Cardenal o el joven venezolano asesinado por el castro chavismo, Juan Pablo Pernalete y otros muchos, siempre puntearan el camino de lo justo.
El acto en el que se develó una placa para honrar su memoria, organizado por el Pen Club de Escritores Cubanos y otras formaciones del destierro, se efectuó el parque de los Derechos Humanos, predio de la Biblioteca del condado situada en Westchester y contó con el apoyo del comisionado, Javier Soto, que como muchos saben, integró los grupos de infiltración que entraron a Cuba clandestinamente en la década del 60.
El poeta, como le decíamos muchos de sus amigos, era un hombre muy sensible y siempre estaba entre los primeros en sumarse a cualquier propuesta a favor de la libertad y la democracia en Cuba, por eso dirigió organizaciones como el Ex Club y fue uno de los fundadores del propio Pen Cubano.
Los oradores, Luis de la Paz, Ángel de Fana, José Antonio Albertini, el comisionado Souto y quien teclea estas líneas, nos enfocamos en diferentes aspectos de su vida. La capacidad de entrega del homenajeado no ha sido única, pero si singular. Fue un intelectual que nunca evadió sus compromisos de asumir el tipo de lucha por la libertad que demandaran las circunstancias.
Estoy entre los que siente vergüenza ajena cuando conozco un compatriota con capacidad creativa, incapaz de sensibilizarse ante una tiranía de 63 años. Cuadra nunca estuvo entre esos intelectuales, estaba tan voluntariamente atado a la lucha por la libertad que sacrificó su capacidad creativa como ha afirmado numerosas veces el escritor José Antonio Albertini.
Pensemos en el volumen de la obra de nuestro recordado amigo sino hubiera luchado en el clandestinaje contra el totalitarismo y estado en prisión, sino hubiera estado en el exilio y no hubiera dedicado la mayor parte de su tiempo al activismo contra la dictadura.
Cuadra, como la mayoría de los creadores cubano a través de la historia nacional gestó su obra en el destierro, pero tenemos la convicción que su legado y de otros como él, ayudara a la reconstrucción de nuestro país.