MADRID. José María Calleja viajó a Cuba llevando chupa chups y bolígrafos en su maleta. Después hizo como otros tantos turistas y los repartió a niños que se agolpaban ante él como si se tratase de Tío Gilito. «La diferencia del poder adquisitivo entre nosotros y los ciudadanos cubanos, que no son ciudadanos todavía porque no tienen sus derechos, es abismal», explica el periodista y escritor español, y confiesa: «Me sentía insultantemente rico».

Calleja cuenta esto con un libro en la mano. Es la «Guía Turística y Solidaria de Cuba», una publicación de la ONG Solidaridad Española con Cuba que intenta promover un turismo alternativo en la isla caribeña. Viajes en los que no sólo se vaya a la playa y se tome ron, o se practique el cada vez más frecuente turismo sexual, sino en los que se visite a las familias de los presos políticos y se apoye a los más tenaces disidentes. «Si vas a Cuba, ve bien», es la frase que acuñaron en la ONG cuando comenzaron, hace dos años, a promover el activismo turístico.
El escritor y ex preso de conciencia cubano, Raúl Rivero, dice que en el libro de 110 páginas ilustradas no falta «casi nada y casi nadie» y da ciertas recomendaciones para los turistas más temerosos: «Las casas de los familiares de los presos políticos no están bajo control. Las de los disidentes sí, pero en general es más fuerte la sensación de vigilancia que la vigilancia real».

Los autores de la guía son Ricardo Carreras y María Ángeles Altozano, presidente y responsable de comunicación de la ONG, respectivamente. Carreras explica que la idea surgió cuando vieron que en las guías de viaje no se mencionaba nada de «los presos políticos, las damas de blanco, los activistas pacifistas, ni del trabajo en las iglesias. Ninguna reflejaba a la gente que está sufriendo por cambiar a su propio país». Entonces idearon esta guía alternativa que junto a la información turística dividida por provincias, entrega direcciones de ONGs, de iglesias y bibliotecas independientes, Además, un listado de presos políticos con información sobre sus casos y señas para ubicar a los familiares que les atienden. En algunos casos reseñan las principales necesidades de éstos, ya que algunos sufren enfermedades crónicas y no se disponen de medicamentos para ellas.«También recomendamos libros para llevar», explica María Ángeles Altozano. La lista de libros está dividida en tres colores: en verde han puestos las novelas actuales de éxito, ensayos de filosofía y constituciones de países democráticos. En amarillo, los textos sobre la transición democrática española, chilena y de Europa del Este, recomendando llevarlos discretamente. Y en rojo, con más resguardos, las publicaciones de presos de conciencia y otras que critican abiertamente a Castro.

La guía, publicada por la editorial Aduana Vieja, estará a la venta en la mayoría de las librerías. «Ahora que tantos españoles se van a desplazar a Cuba sería ideal que la llevaran», concluye José María Calleja.

Autor: Macarena García