Internet se ha convertido en Cuba en un nuevo espacio para el debate
Un ejemplo del papel que vienen desempeñando las nuevas tecnologías fue la sorpresiva difusión por la red de un video en el que un joven, Elicer Avila, criticó al presidente de la Asamblea Nacional Ricardo Alarcón en una reciente reunión a puertas cerradas en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
Avila expresó malestar por la falta de acceso a la internet y las limitaciones para viajar. Ante la repercusión que tuvo el video, las autoridades montaron en la versión digital del diario oficial Granma una entrevista con el muchacho, en la que aclaraba que las críticas estaban encaminadas a fortalecer el socialismo en su país, no a eliminarlo.
La información completa jamás se difundió en la prensa plana nacional y todo quedó en el ciberespacio.
En la red se discutió abiertamente la histórica renuncia de Fidel Castro a la presidencia en febrero, la elección de su hermano Raúl para sucederlo y las especulaciones sobre el rumbo de su gobierno.
‘Raúl necesita ahora tiempo’, escribió, por ejemplo, una persona llamada Rogelio Sarforat en un comentario en Kaosenlared.net. Y agregó: ‘Tengamos confianza, calma y mantengámonos unidos en torno a la Dirección de la Revolución’.
Alguien le respondió desde Miami: ‘Las palabras de Raúl y la constitución del nuevo Consejo de Estado fueron un ´cubo de agua fría´ para los que esperaban que se hiciera explícita una mayor voluntad de cambio’.
Hay de todo, incluidos insultos y palabras subidas de tono en uno y otro bando.
‘Ante esta fragmentación de la sociedad civil que tenemos… quizá la tecnología nos está sirviendo para conectar’, reflexionó Yoani Sánchez, bloguera que dijo haber recibido más de un millón de entradas a su página en febrero.
‘Este entramado que falta aquí abajo se está haciendo allá arriba (en la red). Es irreversible, cada paso que se da en esa dirección, será muy difícil para el gobierno retrotraerlo’, reflexionó la mujer, que administra Generación Y creada en abril del 2007. El blog acaba de recibir el prestigioso premio Ortega y Gasset al periodismo digital en España.
La mayor parte de las visitas al blog de Sánchez son del exterior, aunque también abundan las que se hacen cubanos anónimos que critican al gobierno dentro de la isla.
Pero no es sencillo. Para colocar sus entregas, Sánchez se viste como si fuera una turista y va a hoteles de La Habana con acceso a la red para extranjeros. La conexión cuesta unos seis dólares la hora y no puede permanecer mucho tiempo, no sólo por lo oneroso sino porque teme que alguien se de cuenta de que se trata de una cubana que se conectó a la red sin permiso.
Los amigos de la revolución, recelosos de la forma en que la prensa internacional informa sobre Cuba, consideran que la internet contribuye a distorsionar la imagen del proceso isleño.
‘Asistimos a una guerra promovida desde las nuevas tecnologías de la comunicación, de la industria del entretenimiento y de las estrategias de mercadeo’, dijo a comienzos de abril un reporte del VII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Los creadores, no obstante, opinaron que ‘prohibir el acceso a estas opciones, además de que no pasaría de ser un gesto vacío, sólo incrementaría su atractivo’. Agregaron que el gobierno debe prepararse ‘para la interacción adecuada con los canales través de los cuales se procesa y distribuye la información en el mundo’.
El gobierno mantiene una docena de páginas destinadas a defender la imagen de Cuba y difundir sus logros, pero por lo general se las critica por ser repetitivas y aburridas.
Pocos cubanos tienen actualmente acceso a la internet y ello probablemente siga así por ahora a pesar de que el gobierno acaba de autorizar la venta de computadoras.
‘No creo que haya un impacto en lo inmediato si no hay acceso a internet’, dijo a la AP la bloguera Sánchez.
‘Una computadora sin internet es como una máquina de escribir mejorada y nada más’, agregó esta mujer, una treintañera que se hizo famosa por la calidad de los textos de su blog donde cuenta sus experiencias –incluso lo que no le gusta– de vivir en un país comunista.
Sánchez dijo que las autoridades no han hecho una campaña intensa para eliminar su blog, aunque portales oficialistas la acusan de recibir dinero de sectores opositores.
En Cuba sólo pueden tener cuentas de internet los extranjeros y algunos académicos y empleados del gobierno. Esas cuentas son administradas por el estado.
Pero mucha gente usa con fines personales los equipos y accesos a la red de las dependencias oficiales.
El cubano común tiene acceso a una red que le permite enviar y recibir mensajes al exterior. En los clubes juveniles, cafés de internet y oficinas de correo que ofrecen acceso a la red hay largas colas de jóvenes. Pero el control de la red que ejerce el gobierno es más estricto que el de países como China y Arabia Saudita.
De todos modos, miles de cubanos pagan unos 40 dólares al mes para tener acceso a la red con cuentas conseguidas en el mercado negro, a través de terceros en el exterior o robadas a extranjeros. También pueden usar códigos de cuentas del gobierno que fueron robadas por algún hacker o comprar cuentas a funcionarios corruptos.
El efecto de cada cuenta es multiplicador pues una persona ‘baja’ correos de sus amigos y familiares, así como páginas favoritas que luego pasa a sus vecinos a través de memorias ‘flash’ y de las cuales hay también un amplio mercado negro donde se consiguen por unos 20 dólares.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) hizo una encuesta hace poco según la cual el 40,1% de los entrevistados de entre 6 y 60 años dijo haber usado una computadora –aunque no necesariamente Internet– en el 2007.
El 56% de los que usaron una computadora lo hizo en su lugar de estudio, el 32% en su centro de trabajo y sólo el 5% en sus hogares.
Sánchez reconoce que ella es una excepción, pues buena parte de los cubanos no entran a la internet para expresar sus ideas, sino para la compra y venta de objetos, chatear con amigos, noviar, mandar su curriculum para trabajos, bajar música o jugar.
Según Sánchez, las autoridades tienen montada una campaña ‘sobre todo en la UCI para elevar los ´hit´ de los sitios cubanos y participar con un criterio oficial’.
‘No conozco ninguna persona que utilice su tiempo de internet pagado por él para defender el proceso político cubano’, agregó su esposo, el periodista independiente Reynaldo Escobar. ‘Todas las personas que argumentan a favor del gobierno lo hacen por un sueldo o porque les han dado la tarea’, dijo a la AP.
Sánchez denunció que su página había sido penetrada para hacerla lenta y perder auditorio. Pero no hay forma de corroborarlo y no se descarta que los problemas respondan a causas técnicas no intencionales.
Las autoridades cubanas sostienen que el acceso a la internet sufre las consecuencias del embargo de Washington, que encarece los medios técnicos e incluso obliga a Cuba a tener una cara conexión por satélite.
El gobierno afirmó que debido a esta limitación de recursos se distribuyeron las cuentas disponibles dando prioridad a los centros de trabajo, universidades y clubes juveniles, conectados a una red interna llamada Intranet.
Autor: Cubamatinal