Deterioro del sistema de transporte
Lo que sucede nada tiene que ver con la crisis económica mundial, ni podría justificarse con el reciente paso de dos huracane sobre la Isla. En la práctica las empresas socialistas tienen un promedio de tres a seis meses de vida eficaz. En momentos en que el imperativo es alcanzar la eficiencia, la situación del transporte deja mal parados a los directivos del ministerio. A pesar de la intervención de algunos periodistas, como Julio Batista.
Fuentes dentro del ramo confirmaron que las críticas ciudadanas llueven a cántaros y hasta ahora habían caído en saco roto. Una reciente reunión efectuada entre dirigentes del MITRANS, otros fiscalizadores gubernamentales y trabajadores, ha servido como detonante para poner la crisis sobre el tapete. Todos se culpan, pero nadie se adentra en las causas de la muerte súbita de la calidad del transporte.
Según el testimonio de algunos trabajadores, la soga amenaza con romperse por la parte más débil y la discusión dista mucho de llegar a soluciones de corto y mediano plazo. Sólo se acordó que en unos días se inicie una cacería de brujas con el Cuerpo de Inspectores Estatales, entidad que debería ejercer controles periódicos sin que medien los ataques momentáneos de las autoridades para intentar remediarlo todo con medidas represivas.
Las quejas de la población se centran en que los cobradores no suelen darles el vuelto, y rara vez les entregan el ticket de constancia de pago. Algunos usuarios afirman que las ganancias van a parar a los bolsillos de los choferes, cobradores, y uno que otro empleado de las bases de transporte, custodios, y se presume que de ciertos ejecutivos. También es cotidiano el maltrato a los ciudadanos, y no es raro ver a ciertos choferes conduciendo bajo el efecto del alcohol.
Otra pata coja en el sistema de transporte urbano es la inexistencia de un horario fijo de circulación para las diferentes rutas, expuesto en cada parada de ómnibus para conocimiento de los viajantes. Aún cuando existe un horario cronometrado por la empresa para cada tramo, en rara ocasión los choferes lo cumplen y los jefes suelen cambiarlos de un día para otro sin previo aviso y bajo dudosos pretextos que para nada benefician a la población, que se lamenta de las conductas impropias, los grafitis dentro de los ómnibus y los robos, actos cometidos principalmente por adolescentes.
Los trabajadores del ramo, por su parte, se quejan de los insuficientes salarios, la falta de personal y las desatinadas decisiones a la hora de comprar ómnibus y piezas de repuesto.
Recientemente, ante la carencia de personal, el ministerio contrató a algunos conductores que no reúnen los requisitos correspondientes.
-Varios de ellos –dijo un trabajador a este reportero- son muy jóvenes, o procedentes del interior del país y eso acarrea inestabilidad laboral.
Otro empleado del transporte se refirió a que algunos de esos muchachos manejaban camiones de carga y no se han dado cuenta que no es lo mismo conducir una guagua cargada de personas y no de reses o cabillas.
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Autor: Leonel Alberto Pérez Belette (publicado en Cubanet)