EL Nuevo Herald-Efe
Más de un millar de personas asistieron ayer al entierro del sacerdote español asesinado en Cuba, Eduardo de la Fuente, que tuvo lugar en el cementerio de su pueblo natal, en la localidad de Guadalix de la Sierra, en la provincia de Madrid.

Según informaron fuentes policiales, entre 1,000 y 1,300 personas se reunieron para dar su último adiós al religioso que trabajaba desde hacía tres años en La Habana como párroco de la iglesia de Santa Clara de Asís.

El entierro tuvo lugar tras una multitudinaria misa en la parroquia de San Juan Bautista, oficiada por el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, quien destacó durante la homilía que el padre Eduardo «tuvo una vida entregada a los más débiles y necesitados´´.

´´Nos une el dolor por su inesperada y violenta muerte´´, señaló el obispo auxiliar durante una eucaristía, a la que asistieron unos 60 sacerdotes y vicarios episcopales de varias diócesis, así como el alcalde, Angel Luis García Yuste, y otros miembros de la corporación municipal.

Al finalizar la misa, también seguida por los feligreses desde el exterior de la iglesia gracias a la instalación de grandes pantallas, un sacerdote amigo del párroco asesinado le calificó de ´´cariñoso, afable e incapaz de hacer algún mal´´ y apuntó que «ha tenido un destino cruel que le ha derribado´´.

Asimismo, el sacerdote añadió que el fallecido «era un corredor de fondo hasta que alguien ha puesto punto y final a su experiencia en la vida´´.

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Autor: El Nuevo Herald-Efe