El Mundo
‘Eran 11 personas, entre ellas dos médicos. A lo mejor por si a alguien le fallaba el corazón. Dos de los 11 se fueron. No soportaron ser parte de tanta injusticia. Afuera dos policías con uniforme. Muchos de civil. Nos enteramos después de que había más de 20 escondidos. Y muchos más rodeando el bloque. ¿Para qué?’

Para expropiar un patio, el de Karina Gálvez, economista y profesora universitaria cubana que utilizaba su casa como ‘espacio para el debate y la reflexión’. Un lugar que el consejo editorial de la revista digital www.convivenciacuba.es utilizaba para reunirse. Hasta que las autoridades de la isla decidieron cerrarlo a cal y canto en nombre de la Ley de vivienda.

Ocurrió el pasado martes, cuando 11 personas irrumpieron en el hogar de Gálvez, situado en Pinar del Río, en la parte más occidental de la isla. Antes erigieron una barrera metálica, luego un verdadero muro de cemento.

-Razones políticas

Gálvez admite que en su casa se construyó una terraza sin licencia -‘no nos la iban a dar’-, pero tiene claro que la expropiación de su patio responde a razones políticas. ‘La Ley de Vivienda es muy ambigua y las autoridades la hacen cumplir arbitrariamente’, asegura a EL MUNDO en conversación telefónica.

Todo comenzó en diciembre de 2008: ‘Vino un inspector y dijo que había una denuncia anónima, el clásico recurso que suele utilizar el Gobierno. Nos cayó una multa de 600 pesos, equivalente aproximadamente a dos salarios cubanos. Creíamos que todo acabaría así, porque en casos parecidos las sanciones nunca han pasado de lo económico. Como mucho podían obligarnos a pagar un alquiler por la terraza’.

Pero las autoridades dieron un paso más, reviviendo el fantasma de las expropiaciones llevadas a cabo tras la Revolución de 1959. Un equipo de hombres llegó a casa de Gálvez anunciándole que el patio ya no era suyo, sino de la empresa estatal CIMEX. ‘Es un caso inédito en la ciudad’, asegura a este diario el director de ´Convivencia´, Dagoberto Valdés, al que, sin embargo, no sorprenderían otras iniciativas de este tipo contra su portal: ‘En un país que no tiene libertad de expresión, todos los espacios de debate pueden ser confiscados’.

-El ‘placer de confiscar’

‘Haremos las debidas reclamaciones y seguiremos haciendo lo que hemos hecho hasta ahora’, asegura Gálvez. ‘El muro que han construido en mi patio significa una división entre los que quieren la convivencia y los que quieren reprimirla. Es un muro en un mundo que está tumbando muros’, añade la economista.

‘A los que no han sabido edificar les produce un especial placer confiscar, quitar lo logrado por otros, incautar lo que ellos mismos no han creado’. Ése es el comentario que ha dejado en su página web la afamada bloguera Yoani Sánchez, que subraya la ‘fragilidad legal’ de los hogares cubanos. Como el de Gálvez, que lleva dos décadas en su casa de Pinar del Río, aunque empezó a construir su terraza hace tres años.

‘Después de 1959 sólo ha habido desalojos, pero no verdaderas expropiaciones’, asegura la economista. EEUU todavía reclama miles de millones de dólares a Cuba por las confiscaciones tras la Revolución castrista. ‘Recuerdo a los expropiados de 1959’, cuenta Gálvez. ‘Pero sabiendo que tengo una ventaja: ellos lo sufrieron comenzando, yo sé que lo estoy sufriendo en su final’.

Enlaces: Solidaridad Española con Cuba

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Autor: Gionata Chatillard-El Mundo