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El reconocido escultor cubano Tony López, con una carrera de más de 70 años en Cuba y Estados Unidos, falleció el domingo en Miami (EE.UU.) de un paro respiratorio a los 92 años de edad, informó hoy el diario El Nuevo Herald en su edición digital.

López, que iba a cumplir 93 años el próximo 6 de septiembre, estaba hospitalizado en un centro médico del suroeste de Miami donde recibía tratamiento por complicaciones renales.

El artista fue conocido por trabajar ‘la escultura caricatura’, en la que esculpía imágenes de figuras de la vida pública y política que después eran publicadas en la revista Bohemia, en Cuba.

De éstas la más polémica fue la del presidente Ramón Grau San Martín caracterizado como un diablo, según el diario.

En 1939, López ganó su ‘primer premio importante, la medalla del círculo de Bellas Artes, con un busto de un sindicalista’.

‘Perseguido por el Gobierno de Fulgencio Batista por sus ideas políticas, López se exilió en Miami en 1958’, señaló el periódico.

En esta ciudad dejó su huella en un busto de Antonio Maceo y varios monumentos en la Pequeña Habana (condado de Miami-Dade); diseñó también las maquetas originales del Monumento al Holocausto en Miami Beach y una escultura del expresidente y fundador de la Fundación Nacional Cubano Americana (Fnca), el anticastrista Jorge Mas Canosa para un parque de Miami Beach.

Creó, asimismo, figuras de gallo para la famosa Calle Ocho de Miami, inspiradas en Pepe, el gallo que tenía como animal de compañía y que dejaba caminar libremente por su estudio.

Su cubanía la reflejó en numerosos esculturas de próceres como la del cubano José Martí ubicada en Nueva Orleans y la del venezolano Simón Bolívar en Miami Beach; además de una del Papa Juan Pablo II, en Angola, y otra del científico cubano Carlos J. Finlay, en Filadelfia.

‘Creo que nací con una pelota de barro en la mano’, recordó López en una entrevista con El Nuevo Herald en septiembre de 2008, con motivo de la exposición en homenaje por sus 90 años.

‘López comenzó su entrenamiento en el taller de su padre, un escultor español -que hizo el Cristo del pórtico de la Iglesia de Reina en La Habana-, quien a su vez era profesor de la Escuela Técnica de Rancho Boyeros, en la periferia de la capital, donde López continuó su instrucción como escultor’, agregó el diario.
Autor: ADN