El Nuevo Herald
Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), pidió el miércoles a la comunidad internacional y organismos de derechos humanos que intercedan ante el gobierno de Raúl Castro para que ponga fin a la escalada de actos de repudio y arrestos indiscriminados contra el movimiento opositor.

“Hacemos un llamado urgente para que la comunidad internacional y todas las personas de buena voluntad exijan a la junta militar de la isla el cese inmediato de estos actos de terror contra personas indefensas y pacíficas”, dijo Payá, Premio Sajarov del Parlamento Europeo en el 2002. “Alentar la mentira y silenciar esta demanda de derechos no contribuye al bien del pueblo de Cuba sino a aumentar las tensiones”.

Es la segunda oportunidad en que Payá exige garantías para las libertades individuales. A comienzos de octubre denunció abiertamente que las detenciones han puesto en la mira a partidarios del MCL y a otros grupos de la sociedad civil. En julio, Payá y más de 40 importantes disidentes en Cuba y el exilio firmaron un histórico acuerdo para una transición democrática que exige a las autoridades cubanas un amplio marco de participación ciudadana. El documento titulado El Camino del Pueblo pide la liberación de los presos políticos, la restitución de las libertades básicas y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Payá lamentó que las propuestas de apertura y participación de la sociedad civil cubana sean rechazadas consistentemente por un clima de represión aprobado por Castro. El recrudecimiento de la violencia coincide con una referencia aprobatoria a los ataques masivos en plazas y vías públicas pronunciada explícitamente por Castro en abril de este año durante la clausura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

“La indefensión de las víctimas se multiplica cuando en el ambiente político y mediático algunos insisten en hablar de cambios sin denunciar esta represión”, subrayó Payá. “Y esta represión se da precisamente porque el movimiento pacífico opositor es quien está reclamando elecciones libres y un proceso democrático auténtico como el que se proclama en El Camino del Pueblo”.

Cuba ha registrado un aumento significativo de intentos de protestas antigubernamentales en medio de una espiral de violencia y procesos sin respaldo jurídico para silenciar a la disidencia. En lo que va de año, los tribunales cubanos han sentenciado a ocho opositores a condenas de hasta cinco años.

Payá dijo que el cerco policial y la vigilancia contra activistas de la oposición va acompañado de ofensas, provocaciones y amenazas. Mencionó el caso de Niovis Rivera Guerra, miembro del Movimiento Resistencia y Democracia, en Guantánamo. Rivera, su esposa y tres hijas menores están siendo acosados desde el martes por decenas de simpatizantes del gobierno y agentes de la Seguridad del Estado. Es la quinta ocasión en que el activista y su familia son víctimas “de estos actos de terror dirigidos por la policía política del régimen”, según explicó un comunicado del MCL

Rivera confirmó a El Nuevo Herald que los represores lanzaron indiscriminadamente piedras y palos contra su vivienda con el consentimiento de las autoridades locales.

“Nos amenazaron de muerte, rompieron las ventanas y desbarataron todas las puertas”, dijo Rivera, de 35 años. “Responsabilizamos de este hecho vandálico y terrorismo de Estado al régimen cubano. Nos atacan por el sólo hecho de haber puesto en la fachada de mi casa carteles a favor de los derechos humanos”.

Mientras, en La Habana los opositores Sara Martha Fonseca y Rodolfo Ramírez Cardoso fueron excarcelados en las últimas horas tras haber sido arrestados temporalmente para evitar que participaran el lunes durante una marcha pacífica en el parque habanero Martin Luther King.

Fonseca, de 41 años, ha sido una disidente extraordinariamente activa en los últimos meses, llevando a cabo una serie de osadas protestas callejeras y admitiendo que está tratando de provocar disturbios masivos contra el régimen.

El miércoles, Fonseca dijo que las autoridades cubanas abusan de su poder y utilizan indiscriminadamente la violencia porque no conocen otro método de acción.

“El régimen está actuando así porque se siente acorralado”, sostuvo. “Trata de impedir todo tipo de manifestación y actividad prodemocrática porque tiene miedo de que se les vaya de las manos el poder”.

A comienzos de octubre Fonseca fue excarcelada junto a su esposo, Julio León Pérez, luego de más de dos semanas de estar detenidos por la policía. El matrimonio tiene orden de no salir de La Habana. Actualmente están siendo investigados por acusaciones de asalto como consecuencia de un choque con agentes de la Seguridad del Estado el 24 de septiembre.

En el sur de la Florida la comunidad exiliada también ha demandado respeto por la integridad del movimiento opositor. Los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen y David Rivera han hecho apariciones públicas exigiendo el cese de las hostilidades. Los tres pidieron recientemente la inmediata liberación de un grupo de mujeres que fueron detenidas por agentes de seguridad cubanos en el marco de una campaña para ejercer mayor control sobre los desplazamientos de los opositores.

El miércoles, Payá insistió en que la oposición merece ser escuchada y que, a pesar de la desinformación y los esfuerzos del gobierno cubano para ocultar la verdad de los hechos, el movimiento democrático avanza en sus demandas de libertad.

“Mantenemos la esperanza y no vamos a dejar de luchar pacíficamente por nuestros derechos”, declaró Payá. “La comunidad internacional debe poner sus ojos sobre Cuba y levantar la voz”.

Enlaces: Las Damas de Blanco

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Autor: El Nuevo Herald