LA HABANA, octubre (www.cubanet.org) – De nuevo los cubanos deberán asistir a unas supuestas elecciones a delegados municipales del Poder Popular el próximo 21 de octubre. El proceso, como en otras ocasiones, ha estado viciado desde sus inicios. La comisión electoral presidida por la ministra de Justicia está compuesta por funcionarios del régimen conocidos por ser de extrema confianza del estado-partido, garantizándose así la parcialidad y sumisión requeridas.

A nivel de circunscripciones las elecciones son organizadas por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), máximo organismo represivo en la base; simples dependencias de la policía política en los barrios. En términos comparativos, son reuniones de indefensas ovejas organizadas y controladas estrictamente por lobos.

La elección de los candidatos se hace a mano alzada, lo cual es garantía para que nadie respalde a ningún ciudadano díscolo con opiniones propias. Debe subrayarse que quien quiera mejorar en su vida laboral, como encontrar un trabajo en el ansiado sector del turismo o en empresas mixtas con participación de capital extranjero, debe ser idóneo políticamente, para lo cual la «opinión» del CDR de la cuadra resulta vital. Igual sucede para acceder a carreras universitarias y para resolver múltiples problemas existenciales.

En las asambleas para efectuar las propuestas de nominaciones a nivel de circunscripción, en modo alguno se presentan propuestas o programas por los posibles candidatos, lo cual concuerda con todo el proceso electoral en que se carece de un mínimo debate sobre la situación nacional y proyectos de ideas para el mejoramiento y progreso de la nación, en un momento en que la sociedad se cae a pedazos.

El 21 de octubre los ciudadanos seguramente podrán elegir entre candidatos «bien seleccionados y depurados». Sin embargo, los métodos de control no finalizan ahí, por cuanto las asambleas provinciales del Poder Popular y los diputados a la Asamblea Nacional contarán con medidas adicionales para garantizar la pureza ideológica y la total subordinación a las directivas del partido y el gobierno.

De esa forma, solamente podrán ser propuestos hasta el 50,0% de los delegados elegidos en los municipios para formar las candidaturas a las elecciones de las asambleas provinciales y la Asamblea Nacional, a celebrarse el próximo año. El 50,0% restante de los candidatos a esos niveles superiores serán designados directamente por comisiones de candidaturas integradas por delegados de los CDR, Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y la Federación Nacional de la Enseñanza Media (FEEM), presididas por un representantes de la CTC, organizaciones de masas confeccionadas y controladas- con riendas bien cortas- por el Partido Comunista. «Todo atado y bien atado».

Con el 50,0% de los delegados elegidos a nivel de municipios y el otro 50,0% por las citadas comisiones de candidatura se conforma una candidatura única con un número exactamente igual a los escaños, tanto a nivel provincial como de diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular. De esa forma, los cubanos sólo tendrán una opción para cada cargo. Este grotesco proceso tiene elementos tan ridículos como que algunos precandidatos a diputados a la Asamblea Nacional no proceden del municipio que los propone, dándose casos de personas que nunca han estado previamente allí.

De ello resultan órganos legislativos sumisos y totalmente controlados, a tal punto que no se recuerda un solo caso de una propuesta gubernamental que haya sido votada en contra por un diputado en la Asamblea Nacional, después de tantos años de creada; un verdadero récord mundial en materia de ¨unanimidad¨.
Autor: Oscar Espinosa Chepe (publicado en Cubanet)