Los mercenarios del ministro
El diseño económico que rige en Cuba no fue concebido para alcanzar el bienestar material del pueblo. Se trata de un conjunto de medidas que limitan la creación y la multiplicación de la riqueza material; de un entramado de medidas que impiden crecer a la economía personal y la nacional.
El diseño económico cubano está dirigido a perpetuar en el poder a una élite política. Está concebido desde una mentalidad de policía y no de economista. No está pensado para que crezca el poder adquisitivo y la calidad de vida del pueblo. El presupuesto está encaminado a mantener una miseria absoluta, para que la única forma de salir de ella o aliviarla sea la sumisión total al poder político y económico.
Esta es la esencia del miedo de la élite a que la oposición interna encuentre recursos para llevar adelante una lucha política pacífica. Es por ello que condenan a los Estados Unidos y, por otra parte, necesitan un estado de confrontación permanente con esa nación. Parte de este diseño es mantener al pueblo de Cuba privado de todas las maravillas de la modernidad y culpar de ello al embargo estadounidense. También forma parte de este diseño, mantener atadas a las fuerzas productivas.
La única ventana que dejan abierta a la creatividad natural del cubano es la de la deshonestidad. El cubano usará su ingenio para engañar, robar, abandonar el país de cualquier forma que aparezca, legal o ilegal. De esta forma, el cubano promedio estará lo suficientemente desmoralizado para no pedir cuentas a las autoridades.
El último incidente orquestado por las autoridades de La Habana contra la dirigente opositora Marta Beatriz Roque Cabello y el excelentísimo Sr. Michael Parmly, lleva el sello provocador inaugurado por Fidel Castro y todas las mañas gastadas que desplegó a lo largo de su vida. De acuerdo con los juristas consultados, todo fue circunstancial y manipulado.
Se invadió de forma ilegal la privacidad de la Sra. Roque Cabello y la del Sr. Parmly, representante diplomático de los Estados Unidos. Sobre la alegación de que el tema del terrorismo aporta justificaciones para un proceder tan burdo y carente de respeto al derecho y las normas de procedimiento comúnmente aceptadas, esto no es exactamente así. No existen antecedentes o causa probable de terrorismo en la actuación de la Sra. Roque Cabello. No ha quedado probado ante la ley y ante ningún tribunal del mundo que el Sr. Santiago Álvarez y su corporación, Rescate Jurídico, sean terroristas. Todo es manipulación mediática y nada más.
Sobre la posibilidad de cierre de la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) a partir de una iniciativa del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) de Cuba, esto también es poco probable. Hay mucho dinero en juego y no creo que el régimen cubano apueste por eliminar esa fuente de ingresos, segura aunque sucia. Sobre el carácter fraudulento de los ingresos que aporta SINA al tesoro castrista, recomiendo leer El paraíso cuesta, publicado en el número 21 del semanario digital Primavera, por Paulino Alfonso.
Se trata sólo del dinero y el creciente temor de la dictadura militar de la familia Castro, ante la perspectiva de una oposición interna unida, con un financiamiento adecuado. Esta es la razón para la sinrazón aparente del comportamiento impropio del gobierno cubano. Por supuesto, es menester encontrar al hombre adecuado para cada misión. Aquí entra a jugar su rol el ministro Felipe Pérez Roque.
En Cuba hay más de un ministro de Relaciones Exteriores. Hay quien hace los trabajos sucios y hay quien ejecuta finas operaciones diplomáticas. Quien se ensucia las manos y la boca es nuestro ya conocido Felipe Pérez Roque. Vale destacar que es siempre designado para el trato con los diplomáticos españoles, o en las ocasiones que el régimen necesita enviar un mensaje de desprecio a sus interlocutores. Para los menesteres verdaderamente importantes, asume funciones de canciller el Sr. Fernando Ramírez de Estenoz.
Pérez Roque queda para llamar mercenarios a hombres y mujeres que decidieron asumir la tarea de derrocar a la tiranía más antigua del continente. Desde los privilegios que detenta como miembro de una élite ilegítima de poder, despotrica contra Damas de Blanco y contra los presos políticos, a los que llama con sin igual descaro “agentes de una potencia extranjera”. Es curioso que Pérez Roque se haya llevado las palmas como lacayo no ya de la familia Castro, sino además, del payaso de Miraflores, Hugo Chávez, a quien se atrevió a rendir honores como presidente cubano en su condición de ministro de Relaciones Exteriores.
Por lo pronto, sólo queda afirmar nuestra solidaridad y apoyo a la Sra. Marta Beatriz Roque Cabello y nuestro respeto y apoyo al excelentísimo Sr. Michael Parmly, así como a su país, sin dudas el aliado más firme del pueblo cubano en su lucha por la libertad.
Autor: Juan González Febles (publicado en Cubanet)